Datos del Eurostat han revelado la precariedad laboral en la Península Ibérica
El crecimiento económico en España y en Portugal consiste en previsiones para 2018 respectivamente del 2,4% y 2,2% del PIB.
Pero este optimismo está siendo sorprendido por una característica muy común en el mercado laboral ibérico: la precariedad.
España es el segundo país de la Unión Europea con más contratos temporales, 26,1% del total. Solo por delante de España está Polonia con un 27,5%.
Portugal se queda con el bronce de la precariedad laboral europea con un 22,2%.
Para el gabinete europeo de estadística en 2017, la media en la Eurozona ha quedado en 2017 en 15,6%, y en el conjunto de todos los países de la Unión Europea la media de la precariedad laboral se ha fijado en un 14,2%.
En Portugal, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha registrado en 2017 que de los 4 millones de trabajadores, 800 mil tienen contratos temporales u otros vínculos atípicos.
Y en el último periodo del año pasado, de los casi 175 mil nuevos trabajadores, la gran mayoría 77,6% tienen contratos temporales sin logran salir de la precariedad laboral.
Los problemas estructurales de la Península Ibérica continúan, a pesar de los discursos políticos que solo valoran los datos macroeconómicos del crecimiento del PIB.
Grandes sectores económicos como el turismo y la construcción en los que la estacionalidad es muy evidente, contribuyen para esa precariedad laboral. Además, la falta de competitividad de la economía ibérica en relación a sus principales socios europeos no ayuda a la mejora de este problema.
Como ha dicho Inmaculada Cebrián, profesora de economía de la Universidad de Alcalá de Henares, hay otros factores que hacen a España doblar la media europea de la precariedad laboral.
Según esta experta económica, de los contratos indefinidos de hoy, sólo un 40% de los trabajadores indefinidos sobrepasan más de 2 años. Y concluye que la mejora de la cualidad de empleo es muy pequeña: “España ha cambiado poco el patrón”.
Otro factor que se expande en toda Europa son las jornadas laborales parciales. Y España no escapa a esta realidad pues tiene altas tasas de subempleo (quienes buscan trabajar más horas y no lo encuentran), con un 60% de los trabajadores a tiempo parcial que son subempleados.
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