Según datos de la Organización Internacional de la Viña y del Vino (OIV), las exportaciones ibéricas de vino (sin contar los mostos y los zumos) crecieron en su volumen de negocios.
Portugal en 2016 vendió 723 millones de euros en el exterior y el año pasado se elevó a 752 millones de euros.
También respecto al volumen de producción hubo una mejoría de 0,2 millones de hectolitros. En 2017, las exportaciones de vino se valoraron en 3 millones de hectolitros mientras que en 2016 fueron de 2,8 millones de hectolitros.
España presenta un número contradictorio en cuanto al volumen de negocios y al volumen de producción exportado.
Así, en 2017 se vendieron 22,1 millones de hectolitros, lo que representó un descenso de 2,3 millones de hectolitros frente a 2016. Sin embargo, la buena noticia para el sector vinícola español fue que a pesar de la caída de la producción, el volumen de negocios ha aumentado.
En 2016 se vendieron en el exterior 2.649 millones de euros, mientras que en 2017 ese valor pasó para 2.814 millones de euros.
Sin embargo, el rendimiento de las exportaciones ibéricas de vino todavía está muy lejos de la eficiencia del sector vinícola francés.
Francia a pesar de estar en tercer lugar por lo que se refiere al volumen de producción exportado (15,4 millones de hectolitros), y que está en cierta distancia de los dos principales productores mundiales: España (22,1 millones de hectolitros) e Italia (21,4 millones de hectolitros), es claramente el principal exportador de vino en cuanto al volumen de negocios.
El país de Molière tiene casi 1/3 del volumen de negocios a nivel mundial.
En 2017 el mercado exportador mundial valía 30.400 millones de euros. Francia exportó en ese mismo año 8.989 millones de euros, seguida a gran distancia de Italia con 5.873 millones de euros, España con 2.814 millones de euros y de Chile con 1.741 millones de euros.
Las cifras son claras y reflejan el prestigio, y la gran capacidad de marketing de los franceses para promover sus productos.
Muchas veces se asocia rápidamente la palabra vino a Francia, siendo el resultado del trabajo eficiente de sus agencias de promoción. España y Portugal todavía tienen un largo camino por recorrer para las exportaciones de vinos ibéricos para acercarse a los franceses.
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