Los tiempos pasan, los años se consumen y la repugnante Europa se destaca cuando sus valores fundamentales desaparecen.
Jurgen Habernas tiene una observación importante sobre la bipolaridad de los derechos cuando dice: “como Janus, los derechos tienen dos caras: una moral y otra legal. (1)
Uno de los últimos Consejos Europeos extraordinarios también ha sido muy bipolarizado. El sur de Europa que defiende los eurobonos (la emisión de deuda pública mutualizada) y el norte de Europa que respalda que cada Estado debe hacer su propia gestión en la crisis pandémica codiciosa 19.
El estallido de António Costa, el primer ministro de Portugal, pronunciado al final de otra reunión improductiva fue: “este discurso es repugnante en el marco de la Unión Europea”.
Fue una crítica enérgica a las palabras de Wopke Hoekstra, Ministro de Hacienda de los Países Bajos, quien se atrevió a declarar, entre otras palabras desafortunadas: “que la Comisión Europea investigue a ciertos países de la Unión Europea, incluida España, por su gestión en la pandemia del covid19”.
Esta declaración inoportuna del Ministro de Hacienda holandés ante el drama humanitario que está teniendo lugar en España revela mucho más que una falta de empatía hacia los países más afectados por esta crisis, revela un sincero desdén por aquellos que sufren más intensamente.
Muchos pensaron que con el fin de la crisis financiera que afectó a Europa, especialmente a los países del sur, todo sería diferente si estallara otra crisis grave.
¡Pura ilusión, pura ingenuidad!
La división entre el norte de Europa y el sur de Europa no es meramente política, temporal o adornada con los intereses nacionales inevitables, es sobre todo cultural y prejuiciosa.
Es cierto que esta gran “frontera” cultural va en contra de los principios que guiaron la fundación de las instituciones europeas, pero esta posición en este momento es incluso contra la racionalidad misma.
Muchos líderes políticos europeos, como la canciller alemana Angela Merkel, han declarado públicamente que la crisis del coronavirus será la peor de los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Seria el volver a una Europa repugnante.
A partir de una gran crisis humanitaria, Europa podría pasar por una grave crisis económica durante algunos años, con un gran impacto social, si colectivamente no se hace nada.
A diferencia de la crisis de la deuda soberana, en la que una parte importante de la responsabilidad podría dirigirse a la gestión deficiente de algunos gobiernos nacionales, mientras que esta responsabilidad en la crisis actual del covid 19 no tiene sentido.
Los europeos se enfrentan a un gran desafío y la Unión Europea debe destacar la protección de los derechos humanos de sus ciudadanos.
Los últimos acuerdos alcanzados a nivel europeo para mitigar los efectos sociales y económicos del covid-19 no alteraron esta división cultural de ninguna manera, y hasta cierto punto es también de mentalidad ideológica.
Si existe la posibilidad de garantizar la financiación a nivel de la Unión Europea porque esta crisis sanitaria está afectando a todos los países, luego tendremos otra “guerra” europea. En otras palabras, considerar esta ayuda como un déficit excesivo, que tendrá graves consecuencias para la gestión de la deuda pública y, por supuesto, afectará en gran medida la vida de los ciudadanos y las empresas. Y es entonces cuando volverá de nuevo la repugnante Europa.
Bruno Caldeira
(1)Jurgen Habermas, Un ensayo sobre la Constitución de Europa, Edições 70 (2002), Lisboa, pp 12
Sé el primero en comentar