La historia de los Bancos de Alimentos nos recuerda que nuestras dificultades actuales no son nuevas ni únicas, que las pandemias humanas han existido siempre y que no son sólo cosas del pasado. La amenaza estaba ahí, aunque casi nadie la prestara atención, como en el cuento de Pedro y el lobo, hasta que finalmente llegó la bestia y nos cogió a todos desprevenidos.
Aquí está el coronavirus para recordarnos que somos mortales. Como el esclavo romano que sostenía una corona de laurel sobre las cabezas de emperadores y generales al entrar triunfantes en Roma, al tiempo que les susurraba al oído: “Memento moris”, “recuerda que eres mortal”; con el objetivo de que los líderes del imperio no se creyeran dioses.
Los Bancos de Alimentos y la pandemia
La crisis sanitaria del COVID-19 ha puesto en evidencia nuestras limitaciones y unos cuantos problemas que, como el del hambre, estaban ahí pero de los que muy pocos se preocupaban. Los Bancos de Alimentos y las entidades benéficas con las que colaboramos cubrían ese hueco de distribuir comida entre las personas desfavorecidas. Cuando aparecieron las colas del hambre todos, la sociedad en general se percató de que algo fallaba en la atención a los más necesitados.
Quizás una guía gastronómica, como Raia Diplomática, no sea el lugar más adecuado para hablar de hambre y de ayuda alimentaria. Pero como el esclavo con el emperador, desde la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) debemos recordar a la sociedad que unos cuantos de nuestros conciudadanos precisan de nuestra ayuda para llenar su plato cada día.
Los grandes cocineros solidarios
Así lo han entendido grandes nombres de la gastronomía, como el cocinero internacional José Andrés quien ha dejado, por un momento, el confort de sus negocios en los Estados Unidos para acudir al llamamiento de varias ONGs españolas, que contaban con el apoyo de los Bancos de Alimentos en Madrid, Barcelona, Valencia o Coruña, a repartir varios millones de raciones de comida. Si un gran cocinero con sus “estrellas Michelin” es capaz de movilizarse, nosotros también podemos hacer algo en favor de esos miles de personas que han quedado descolgadas y a las que no les llegan las suficientes ayudas sociales.
Una sencilla acción, como la de José Andrés, nos recuerda que entre todos podemos ayudar a que muchas de esas personas dependientes tengan su sustento cada día. Alguien nos está diciendo al oído que “somos mortales” y que nadie está exento de caer en una situación de precariedad y de dificultades.
Por todo ello, echemos una mano: SEAMOS SOLIDARIOS, porque #TodosSomosBancosDeAlimentos.
Miguel Fernández
Director de la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL)
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