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Jordi Xuclá es un firme partidario de la Comunidad Ibérica

UN FIRME PARTIDARIO DE LA COMUNIDAD IBÉRICA

A pocos días de las elecciones para el Parlamento de Cataluña entrevistamos a Jordi Xuclá. El profesor de la Universidad de Barcelona y antiguo diputado del Congreso de los Diputados nos ha revelado sus firmes convicciones políticas. Sus ideas que hicieron cambiar de partido político, pasando del Partido Democrático de Cataluña para el Partido Nacionalista de Cataluña, que es un espacio político más diverso y moderado del nacionalismo catalán. También nos ha dicho que es un firme partidario de una Comunidad Ibérica para que Portugal y España tengan más estrategia en la Unión Europea, como acontece con el BENELUX o el Grupo de Visegrado.

Durante 20 años fue Diputado en el Congreso de los Diputados. ¿Por qué no fue candidato en las últimas elecciones?

Por dos motivos. Dos décadas ya es un tiempo suficiente pero también porqué en coherencia con mis ideas no podía continuar en las filas de una opción política que ha desfigurado la mejor tradición política de buen gobierno en Cataluña y de influencia positiva en la gobernación de España. Lo mejor era salir para ayudar a crear un nuevo espacio catalanista de centro que ayude a recuperar la orientación a la política catalana.

Volviendo a la “vida civil”, ¿qué está haciendo en este momento?

He vuelto a mi trabajo cómo abogado y profesor universitario. A ello he añadido ahora mi condición de consultor en relaciones internacionales, fruto de la experiencia adquirida en mis quince años de portavoz en la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento español y mis doce años cómo miembro de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, donde fui durante cuatro años presidente del grupo parlamentario liberal. Y continuo en el puesto de vicepresidente de la Internacional Liberal.  

Las elecciones al Parlamento de Cataluña están previstas para el 14 de febrero, sin embargo el actual Parlamento de Cataluña ha intentado cambiar su fecha al 30 de mayo debido a la pandemia del covid-19. ¿Cómo ve esta situación?

Definitivamente las elecciones se van a celebrar el 14 de febrero. Es lo que prevé el marco legal y el gobierno catalán hizo un decreto jurídicamente inconsistente para intentar posponerlas. Lo que no ha hecho suficientemente bien el gobierno catalán es preparar las condiciones para votar en plena pandemia y lamentablemente esto va a influir en el índice de participación.

En 2018, Carles Puigdemont intentó unificar el movimiento independentista catalán creando un nuevo partido: Crida Nacional por la República. ¿Por qué fracasó ese partido?

Este partido duró cuatro días y no tenía ningún futuro porqué bajo la idea de la independencia de Cataluña intentaba agrupar personas con pensamientos ideológicos muy distintos. En una época de crisis sanitaria y económica cómo la actual intentar dar vida a un partido con un punto único – que ya tuvo una mala ejecución en la declaración fallida de independencia de 2017- es inviable. Al final el equipo de Puigdemont ha optado por un partido llamado Junts que se sitúa claramente en la izquierda en su programa electoral y que deja espacio para un catalanismo de centro y contrario a la confrontación y la unilateralidad que ya se ha demostrado que han sido un fracaso. Debemos tener una mirada al futuro, llena de propuestas viables para salir del “cul de sac” en el que se encuentra la sociedad catalana.

Hoy vemos una mayor dispersión del movimiento independentista político. Tenemos Juntos por Cataluña, Partido Democrático de Cataluña y Partido Nacionalista de Cataluña. Y a la izquierda: Esquerra Republicana de Catalunya y la CUP. ¿No obstaculiza esta atomización de partidos el trabajo para la independencia de Cataluña?

De entrada le tengo que decir que Junts per Cataluña se ha instalado en la izquierda programática y es un partido con poca ideología, poca doctrina, simple. Y hay partidos cómo el Partit Nacionalista de Catalunya que tiene vocación de aunar personas de opiniones distintas sobre la independencia pero  que compartan un mínimo común denominador cómo puede ser un mejor trato fiscal para Cataluña o en el medio plazo un referéndum acordado y pactado con el Estado español. Dar la voz a la ciudadanía seguramente cancelaria muchas especulaciones y tensiones. Ideológicamente la diversidad debe tener su reflejo con distintas ofertas políticas.

Barcelona

¿Cuáles fueron las razones para dejar el Partido Democrático de Cataluña para unirse al Partido Nacionalista de Cataluña?

El Partido Democrático tenia un objetivo confesado públicamente: llegar a un acuerdo de coalición con el partido Junts de Puigdemont para continuar con la retórica de la confrontación y con discursos que ya han fracasado en el pasado. Únicamente en septiembre de 2020 cuando fueron públicamente repudiados por Puigdemont y expulsados de sus cargos en el Gobierno vieron la luz y se convirtieron a una presunta moderación. Pero continúan diciendo que con sus votos quieren apuntalar un gobierno de Junts y ERC. Esta es la diferencia: otras personas pensamos que lo que le conviene a Cataluña es que este pensamiento “mágico” del independentismo presuntamente “indoloro y exprés” que ha creado tantas expectativas y tantas frustraciones deje de formar parte de la fórmula de gobierno. Esto nos separa. Y, claro, no es lo mismo dimitir de los cargos públicos para iniciar un nuevo proyecto que tener una conversión cuando uno ha sido cesado del cargo público. Y no es lo mismo votar a favor del incremento del impuesto de sucesiones y de la presión fiscal para después pedir todo lo contrario desde fuera del Gobierno. Se deslindaron dos formas distintas de hacer política: la de las convicciones y la situacionista.

¿Qué podemos esperar de estas elecciones?

Espero una clarificación del panorama político. Han trascurrido más de tres años desde las elecciones de diciembre de 2017 cuando una parte muy importante de la población votó bajo el impacto, el shock, de la autonomía suspendida, prisiones provisionales y el recuerdo de una actuación policial nefasta el 1 de octubre de aquel año. Ha habido tiempo para hacer autocrítica, para intentar superar la lógica de bloques. Tengo la convicción que de las urnas puede salir una fórmula de gobierno distinta, más inclinada al diálogo y a la recomposición de la unidad civil del país.

La entrada de la extrema derecha de VOX en el espacio parlamentario español, cambió la dinámica de fuerzas de la derecha española. En consecuencia, la derecha española cada vez más nacionalista y una Constitución Española que impide los referendos independentistas en sus regiones, ¿no es difícil o incluso imposible negociar un referéndum por la independencia de Cataluña?

No es imposible, pero se tienen que hacer las cosas bien y por los procedimientos legales. Por ejemplo, ¿por qué el Parlamento de Cataluña, que tiene esta potestad, no ha propuesto nunca una reforma de la Constitución que contemple un referéndum y unas normas de claridad cómo se hizo en el caso de Quebec? Quizás sería rechazada de entrada en el Parlamento español pero habríamos creado una crisis constitucional inteligible y a la que se debería dar una salida política. Sin duda esta lógica de la confrontación ha polarizado el país, parece cómo si a algunos ya les convenga. Pero ya hemos visto los resultados de los últimos años: algo increíble cómo es declarar la independencia sin tener ninguna correlación con los actos posteriores – nulos- ni un contexto geopolítico o de alianzas internacionales. Para decirlo de forma directa: no había nada preparado. Esto ha sido contraproducente para el mismo prestigio del mundo catalanista y nacionalista catalán.

España es actualmente un Estado autonómico y, por otro lado, tenemos una parte importante de la ciudadanía de Cataluña que pide su independencia. En medio de estos dos extremos tenemos al Estado Federal. ¿No sería más eficaz para la independencia catalana defender el federalismo político?

Lo que sucede es que existen pocos federalistas a nivel español que ofrezcan esta alternativa a la sociedad catalana. El independentismo ha crecido mucho en Cataluña por incomparecencia de alternativas de actualización del marco constitucional y de la distribución de poder territorial. Incluso los que somos críticos con los acontecimientos de otoño de 2017 nos desespera la miopía de algunos partidos políticos a nivel español que llegan a la irresponsable conclusión que les puede salir electoralmente rentable criticar la vocación de autonomía de una amplia mayoría del pueblo de Cataluña. Pero hay un tiempo para cada cosa y estoy convencido que llegaremos a escenarios de acuerdo y pacto satisfactorios para las partes y que la confrontación estéril que ha llevado a tanta frustración ira perdiendo fuelle.

“Sí que lo hay y soy un firme partidario de ello (Comunidad Ibérica). Han existido iniciativas cómo una estrategia común energética ante la Unión Europea, pero se puede extender a muchos otros ámbitos. Lo que es increíble es que el Benelux o el Grupo de Visegrado tengan una notable visibilidad en la Unión Europea y no sea así con las alianzas estructuradas entre Portugal y España”

Jordi Xuclá

Son muchos los argumentos defendidos por los independentistas. Por motivos económicos, culturales … e imagínense genéticos. El 27 de agosto de 2008, Oriol Junqueras publicó en Diário Avui, citando un estudio “que los españoles tienen más proximidad genética con los portugueses que con los catalanes y los catalanes a su vez con los franceses”. Este tipo de comparaciones, ¿no serán muy peligrosas, al recordar a regímenes autoritarios?

No me constan están afirmaciones. Únicamente le puedo decir que el catalanismo político siempre ha tenido una honda vocación de carácter cívico y de integración. Un país donde el 70% de su población tiene unos padres o unos abuelos nacidos fuera de Cataluña, únicamente puede ser un país de inclusión y cohesión social.

¿Qué puede recuperar la sociedad catalana de su economía para volver a ser el motor económico de España?

Lo mejor que hemos tenido y que estoy convencido que en buena medida aún tenemos: creatividad, innovación y emprendimiento. Lo que sucede es que todo ello hoy se desarrolla de forma muy alejada del impulso político. La iniciativa empresarial y social está muy por encima del tono y el hacer de la política. Y esto puede provocar desafección hacia la política. Un país cómo Cataluña necesita que sus ciudadanos tengan confianza en su gobierno y en su capacidad de impulso político.

Lisboa

Según el Instituto de Estadística de Cataluña, Portugal fue el cuarto mercado de exportación de Cataluña con 21.905 millones de euros y, curiosamente, Cataluña es la región de España que recibe más exportaciones portuguesas. En su opinión, ¿qué iniciativas se pueden tomar para incrementar el mercado ibérico?

La relaciones económicas son buenas y fluidas. Las políticas deben mejorar cómo ya fueron muy buenas en el pasado y cómo lo pueden ser en el futuro con los muchos amigos que tenemos en los dos extremos de este puente ibérico. El conocimiento mutuo, los proyectos compartidos que se pueden diseñar y la convicción que los dos mares nos impregnan mentalidades de apertura al comercio y a los intercambios. Nos debemos complementar más. Es posible. 

Sin embargo, a nivel cultural esta interacción es más tímida. ¿Qué puede hacer la próxima Generalitat para estimular la conexión con Portugal?

Ayudar a descubrir a los catalanes el gusto por viajar tanto a Portugal con la misma asiduidad que se viaja a Francia o a Italia. Hay mucho para compartir y descubrir, que Portugal es un país de formas elegantes y gente honesta y que es una ventana al mundo lusófono tan poco conocido en esta rivera del Mediterráneo.

Fue miembro de la Comisión Interparlamentaria España-Portugal. ¿Cuáles fueron las iniciativas más interesantes llevadas a cabo por esta Comisión interparlamentaria?

Fue un trabajo de mucha calidad que tuvo el impulso decidido del diputado Ignacio Sánchez Amor. Se consiguió crear un consenso parlamentario para privilegiar las relaciones con Portugal que caló en el Gobierno y especialmente en el Ministerio de Asuntos Exteriores y en el listado de infraestructuras pendientes. Pero también trabajamos, gentes periféricas en la península cómo catalanes y vascos, para hacer entender que Portugal puede tener más interés en priorizar unas buenas relaciones y conexiones con Galicia que con Madrid. Ahora se ve con los trenes de Alta Velocidad. Madrid no tiene que ser el centro de nuestras relaciones sino que únicamente nos podremos integrar con una concepción policéntrica del iberismo.  

En la entrevista que Ignacio Sánchez Amor concedió a Raia Diplomática, declaró que en su opinión “las relaciones bilaterales entre España y Portugal tienen toda la estructura institucional que necesitan tener desde el punto de vista público”. El alcalde de Oporto defendió un BENELUX ibérico. ¿Hay espacio para hablar de la posible creación de una especie de Comunidad Ibérica dentro de los parámetros de la Unión Europea?

Sí que lo hay y soy un firme partidario de ello. Han existido iniciativas cómo una estrategia común energética ante la Unión Europea pero se puede extender a muchos otros ámbitos. Lo que es increíble es que el Benelux o el Grupo de Visegrado tengan una notable visibilidad en la Unión Europea y no sea así con las alianzas estructuradas entre Portugal y España. 

El propio eurodiputado Ignacio Sánchez Amor en la misma entrevista con Raia Diplomática dijo que Jordi Xuclá es una de las personalidades más interesadas de Portugal. ¿De dónde proviene su interés por Portugal?

El amigo diputado Sánchez Amor es muy amable con sus palabras. He dedicado muchos años de mi vida a las relaciones internacionales y la integración regional del sud de Europa es una prioridad estratégica a la vez que un interés compartido por los dos Estados. A ello se suma mi admiración y amor por la cultura y las formas de vida, elegantes, de los portugueses. Ustedes han mostrado una gran dignidad en los momentos más difíciles que han vivido. Son gente resiliente de antes que esta palabra estuviera en nuestro lenguaje. Son gente que han resuelto grandes desafíos de país desde un sentido de la responsabilidad compartido y la unidad civil. Y esto, tal cómo esta la política española y catalana del momento, es motivo de admiración.

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