La inercia de la Comunidad Internacional y la ineficacia de los organizaciones internacionales deben repensar el modelo actual de organización política del mundo. Y salvar Pemba y Cabo Delgado es un objetivo inmediato y crucial para el mundo.
Mozambique no tiene suerte. Después de una guerra de independencia contra el Portugal colonialista, pasara por una guerra civil atroz, tensiones sociales y políticas constantes, desastres naturales, ahora sufre al Daesh.
¡Desafortunadamente el mundo no despierta!
Podríamos esperar que a pesar de todo el daño que podría hacer la pandemia de Covid-19, hubiera una salida más sólida y humana.
Esta asombrosa pandemia no perdona a nadie: grupos étnicos, religión o condición social.
Existía la esperanza de que la tecnología y el antídoto creado por los sabios se distribuyeran de una manera más o menos racional y con un poco más de humanidad. Incluso se podía perder parte de sus ganancias (no olvidemos que las empresas farmacéuticas se financiaban con muchos fondos públicos), ese reconocimiento social sería acogido con gratitud por el mundo, pero nada de eso sucedió.
Seguimos muy preocupados por nuestro “ombligo” nacional. Pero este “ombligo” nacional sólo puede vivir con la conciencia tranquila, si los que están al otro lado de la frontera tienen algo de tranquilidad.
Nuestro mundo frenético debe reducir la velocidad para pensar. Piensen (rápido) en salvar Cabo Delgado, por ejemplo, de la atrocidad humana que está sufriendo. Para que termine el terror en Siria o que haya una transformación absoluta en la vida de los refugiados.
Necesitamos Organizaciones Internacionales dinámicas
Durante la crisis de la deuda soberana de algunos países del sur de Europa en 2008, a los líderes políticos se les ocurrió la idea de pensar en una Europa de dos velocidades: “Una Europa rica y buena” y una “Europa tóxica”.
Este pensamiento tenía en el fondo la idea de castigar a los países que incumplieran los criterios económicos y financieros de la Unión Europea, y no desde un punto de vista más organizativo y estratégico por el bien de todos.
Creo que ahora, debido a los movimientos proteccionistas, nacionalistas y populistas, la idea de organizaciones internacionales y varias velocidades de integración y colaboración, puede ser más coherente para su desarrollo. Si bien esto puede ir en contra del objetivo que se pensó durante la creación una organización internacional.
Sin embargo, esta idea es perfectamente natural y humana. Un grupo de 27 personas que trabajen juntas para formar subgrupos según sus intereses de afecto y estrategia.
Lo importante de esta reorganización de organizaciones internacionales es que estos subgrupos estén siempre disponibles para recibir a los nuevos miembros que ahora están de acuerdo con la nueva velocidad, la comunión de esfuerzos, objetivos y una mayor integración, en su caso.
Después de todo, la creación de organizaciones internacionales regionales tiene como principal objetivo maximizar los recursos de todos, formando así una escala mayor, proporcionando más ventajas para cada Estado Miembro.
Anteriormente hablé del afecto entre personas, entre pueblos o entre países. En el caso específico de Pemba, Cabo Delgado y Mozambique, que pertenece a la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP), el cariño debe demostrarse con la disposición y en los actos de ayuda.
No se deben crear organizaciones internacionales como la CPLP, solo por el valor simbólico, en este caso el idioma portugués, porque hay valores superiores que deben emerger.
La unión de los países de la CPLP en Europa, África, América y Oriente también debe materializarse en medidas concretas, medibles y esperanzadoras para todos sus pueblos.
Salvar Cabo Delgado y recuperar Mozambique es el objetivo de todos.
Bruno Caldeira
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