“El Viejo y el Mar” de Ernest Hemingway nos narra la historia épica de Santiago, un viejo y experimentado pescador, determinado a cambiar su suerte zarpando hacia el mar abierto con el objetivo de lograr la más grandiosa pesca de su vida. Este clásico de la literatura nos comparte enriquecedoras lecciones de la vida, pero también sobre el liderazgo.
En el pasaje más intenso de la novela, nuestro héroe solitario lucha en el mar durante tres intensos días contra un enorme marlín en una feroz batalla de vida o muerte que otorgará el mayor triunfo personal a Santiago.
Sin mayor preámbulo, éstas son en mi opinión las 7 lecciones de liderazgo más valiosas que Ernest Hemingway nos comparte en esta magistral obra literaria.
1. El conocimiento es más poderoso que la fuerza.
En preparación para su viaje, el viejo pescador Santiago le dice a su joven y leal asistente Manolín: “Puede que no sea tan fuerte como creo, pero sé trucos y tengo determinación.”
Comprender el entorno en el mar, el comportamiento del viento y los patrones climáticos, la hora del día y los diferentes movimientos combativos de los peces una vez atrapados en la línea, ayudaron a Santiago a ser más estratégico, ingenioso y sabio en sus decisiones para dominar la tremenda fuerza del marlín.
Si Santiago hubiese usado solo su fuerza, se habría agotado rápidamente, incapaz de derrotar a un pez más grande, rápido, y fuerte que él, y eventualmente habría fallado.
2. No intentes hacer todo solo.
En varias ocasiones durante la épica lucha contra el marlín, el solitario Santiago desea que su joven amigo Manolín esté presente para ayudarlo. En específico, el niño podría haberlo ayudado cuando, encontrándose agotado, necesitaba descansar, o cuando comenzó a sufrir severos calambres.
Una vez que el marlín gigante fue capturado y asegurado en el costado de su barca, Santiago tuvo que suprimir varios ataques de tiburones que se abalanzaron sobre el marlín. Contar con una mano amiga podría haber evitado el desafortunado resultado.
3. Respeta a tus rivales.
Santiago comprende perfectamente el enfrentamiento a muerte contra el marlín y es consciente de la rivalidad, pero jamás humilla al gran pez noble. Al contrario, el viejo
pescador siente una profunda admiración por la dignidad y la belleza del marlín, y seguido se refiere a él como su hermano y amigo.
De hecho, después de haber atrapado y dar muerte a su digno oponente, hay momentos de arrepentimiento en las que Santiago siente pena por lo que ha hecho. Pero el reflexionar sobre su lugar en la vida le otorga cierta paz: “Naciste para ser pescador como el pez nació para ser pez… lo amaste cuando estaba vivo y lo sigues amando después.”
4. Lucha con lo que tienes a la mano.
Cuando Santiago se embarca de regreso con su triunfal captura, la pelea aún no ha terminado. Ahora el viejo pescador debe luchar contra los tiburones que violentamente buscan comerse su gran pescado y arruinar su extraordinaria faena.
Habiendo perdido su arpón y dándose cuenta de su desfavorable situación, Santiago desearía tener una piedra para su cuchillo y estar mejor armado. Pero el viejo tiene que actuar rápido sin detenerse en medio de la pelea para pensar en escenarios ilusorios.
“Ahora no es el momento de pensar en lo que no tienes. Piensa en lo que puedes hacer con lo que hay.” Es inútil dedicar tiempo a los “hubieras” y concentrarse mejor en maximizar nuestros recursos y habilidades.
5. No confíes en la suerte.
La palabra “suerte” es mencionada un par de veces durante la lectura de “El Viejo y el Mar”. Cuando Santiago se embarcó a su aventura, pensó para sí mismo mientras se encontraba en el mar: “Es mejor tener suerte, pero prefiero ser exacto. Entonces, cuando llegue la suerte, estaré listo.”
Aunque la suerte siempre es bienvenida, no podemos depender de la suerte para salir victoriosos. Sin embargo, es mucho más probable que la buena preparación y la determinación nos lleven a cumplir nuestros objetivos.
6. Encuentra inspiración en un héroe.
Santiago amaba el béisbol, y su gran ídolo era Joe DiMaggio, la estrella de los Yankees de Nueva York. El viejo lo admiraba y se identificaba con él personalmente no solo porque era hijo de un pescador pobre, sino porque DiMaggio también tuvo que luchar ante una adversidad, una grave lesión en su carrera, antes de regresar triunfalmente.
Pensar en el gran Joe DiMaggio durante su brutal pelea le dio a Santiago la motivación y confianza que necesitaba para enfrentar las dificultades en altamar.
7. Nunca te rindas.
Santiago había pasado ochenta y cuatro días sin haber pescado nada, pero eso no lo desalentó. Al contrario, le dio el valor para esforzarse cada vez más y arriesgarlo todo adentrándose en altamar, hacia donde ningún otro pescador había ido.
El viejo luego desafió directamente a la muerte en una brutal lucha sin cuartel para atrapar a un marlín gigante; un logro insuperable que obtuvo gracias a su paciencia, inteligencia, habilidades y gran determinación. Por si esto no fuera suficiente, a su regreso se enfrentó heroicamente a un agresivo grupo de tiburones que finalmente devoraron su pescado, dejando solo el esqueleto desde la cola hasta la nariz.
Pero para entonces, haber perdido la carne de su pescado ya no era relevante. Durante su batalla contra los tiburones, Santiago se dice a sí mismo: “el hombre no está hecho para la derrota… un hombre puede ser destruido, pero no derrotado.”
Cuando el viejo regresó a tierra con el cadáver del marlín gigante atado al costado de su bote, su triunfo fue debidamente reconocido por la gente del pueblo, quien quedó asombrada al ver la captura más extraordinaria jamás realizada.
8. No dejes de soñar y autoevaluarte.
Añadiré una octava lección que está más relacionada con la vida que con el liderazgo. En “El Viejo y el Mar” Santiago sueña con frecuencia con leones. Estas imágenes se refieren a un recuerdo del pasado cuando Santiago era un niño navegando por las costas de África y le fascinaba ver leones en las playas. Estos fueron momentos significantes de su vida en los que sintió plena felicidad y orgullo.
(En inglés la palabra orgullo es “pride”, pero también la traducción de una manada de leones es “pride of lions”, de manera que Hemingway emplea el simbolismo de los leones como orgullo por la vida.)
Así como el mar es un lugar lleno de riesgos y recompensas, igual pasa con la vida. Y solo viviéndola podemos encontrar nuestras esperanzas, enfrentar nuestros miedos, y cumplir nuestros sueños para salir triunfantes.
La vida está hecha de momentos memorables y es importante enfocarse y seguir creando momentos que aporten valor a nuestra vida, que nos hagan mejores personas, que nos den la oportunidad de amar y mejorar la vida de quienes nos rodean y que nos den un sentido de realización y felicidad.
Para que cuando lleguemos hacia el final de nuestra existencia, podremos con orgullo mirar hacia atrás y decir, “bien hecho”.
Ricardo Villarreal
Vicepresidente de Red Global MX Portugal
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