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Tener conciencia ibérica no solo se hace con simple retórica, se hace fundamentalmente con actitudes y acciones que dignifican a sus políticos

La falta de conciencia ibérica

A los pocos días de la Cumbre Ibérica de Trujillo me puse en contacto con un miembro del Gobierno a través de una red social profesional. No obtuve ninguna respuesta. El contenido de mi mensaje estaba relacionado con esta cumbre ibérica. Creo que este es un ejemplo de la falta de conciencia ibérica.

Por supuesto, cada uno da su propia importancia en el uso de sus redes sociales. Sin embargo, cuando es una personalidad o figura pública, la responsabilidad es mayor.

Otro error que cometen quienes utilizan las llamadas redes sociales, independientemente de sus objetivos, es que los mensajes que enviamos a través de internet no son unidireccionales. La interacción con un gran número de receptores hace que esta unidireccionalidad se vuelva bidireccional o incluso multidireccional.

Este episodio que estoy informando solo es importante por su lado simbólico. Pero esta inacción, llevada a cabo unos días antes de la Cumbre Ibérica, es un buen ejemplo de la falta de conciencia ibérica por parte de sus propios gobernantes.

Tener esta conciencia ibérica no se trata solo de pronunciar discursos solidarios o mensajes asertivos en las redes sociales, sino que son básicamente una retórica circunstancial.

Otro tema que se abre ante la inacción es la separación cada vez más evidente entre los funcionarios del gobierno y sus ciudadanos. Si transportamos este episodio a la realidad 1.0, es decir, a las relaciones sociales sin “artefactos” tecnológicos, es lo mismo que una persona en la calle preguntando a otra persona, por ejemplo, solicitando alguna información, pero que la ignora por completo al ciudadano común.

Es cierto que vivimos en una Era Digital, pero ojo, las relaciones humanas siguen dominando, o híbridas al mismo tiempo. Se trata de decir que nuestra sociedad, desde cierto punto de vista, tiene que volver a humanizarse.

Pero esta falta de conciencia ibérica está en toda la sociedad, incluidos los gobiernos de los países ibéricos, que retóricamente afirman tener una conciencia ibérica. Dicen relacionados con la cooperación, pero en términos prácticos se produce poco.

Pero hay otro sector en el que esta falta de conciencia es más notoria: los medios de comunicación.

Los actuales Jefes de Estado de Portugal y España: Marcelo Rebelo de Sousa, Presidente de la República Portuguesa, y Felipe VI, Rey de España, se han reunido más de 25 veces. Sin embargo, el medio audiovisual español no destaca los viajes de Marcelo Rebelo Sousa a España. El espacio dedicado por los medios de comunicación en Madrid es muy reducido.

Esta visible desproporción de trato en relación con otros Jefes de Estado europeos no tiene mucho sentido.

Está claro que Portugal no tiene el mismo peso político que Francia, Italia o Alemania, pero en términos históricos, pero sobre todo en términos económicos y comerciales, esta relación es de gran importancia para estos dos países ibéricos.

Tal desproporcionalidad de los medios de comunicación en Madrid parece sonar a cierto desprecio hacia su país vecino.

Por ejemplo, la BBC (uno de los mejores canales de televisión del mundo) informa con frecuencia a sus televidentes sobre su vecina Irlanda y tiene una cobertura decente de las visitas oficiales de los gobernantes de la República de Irlanda a Londres.

Tener conciencia ibérica no solo se hace con simple retórica, se hace fundamentalmente con actitudes y acciones que dignifican a sus políticos.

Bruno Caldeira

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