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Por ello, es urgente invertir en energías renovables y limpias para que la Península Ibérica deje de ser una isla energética

¿Por qué somos una isla energética?

La guerra de Ucrania y la subida de los precios de los combustibles fueron cruciales para que la Unión Europea tomara conciencia de que la Península Ibérica es efectivamente una isla energética.

En varias ocasiones, los gobernantes de Portugal y España alertaron a las instituciones europeas sobre la especificidad energética de la Península Ibérica dentro del mapa energético europeo.

Para António Costa, primer ministro de Portugal, “en términos de energía, la Península Ibérica no es una verdadera península, es una isla (energética)”.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, enalteció este reconocimiento por parte de Europa “por fin la Unión Europea reconoció la singularidad de la Península Ibérica”.

De esta forma, la Unión Europea permite a los gobiernos de Portugal y España regular los precios de la electricidad con medidas excepcionales y provisionales, siendo menos dependientes de las fluctuaciones del mercado del gas en los precios de la electricidad.

Interconexión de la “isla energética con Europa”

Son líneas de interconexión y subestaciones eléctricas que facilitan la energía entre países.

En este momento solo hay un 3% de interconexión energética con Europa. Y según los expertos, este valor debería estar en el 15%.

Las ventajas de la interconexión son que ofrece seguridad de suministro, favorece un mayor intercambio comercial y lógicamente habrá una mayor competencia entre agentes, lo que facilitará la reducción de los precios de la energía.

De esta forma, la Unión Europea permite a los gobiernos de Portugal y España regular los precios de la electricidad con medidas excepcionales y provisionales, siendo menos dependientes de las fluctuaciones del mercado del gas en los precios de la electricidad

Por ello, es urgente invertir en energías renovables y limpias para que la Península Ibérica deje de ser una isla energética

La victoria de los gobiernos de España y Portugal en este tema no debe quedar ahí. Es claro que el tema energético afecta en gran medida la vida de sus ciudadanos y empresas, por lo que se debe implementar una estrategia común.

Dejar de ser una “isla energética” debe ser un objetivo de la sociedad portuguesa y española, para construir un futuro más eficiente, limpio y que promueva el desarrollo social de todos, especialmente de aquellos que tienen menos recursos como sea la Raya Ibérica.

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