Durante varios días, el mundo tuvo la oportunidad de seguir de cerca el Foro Unión Europea – Unión Africana que, entre innumerables reacciones, planteó a africanos y europeos la necesidad de una futura cooperación entre ambas instituciones en los más variados dominios.
Sin embargo, a mi modo de ver, la citada cumbre debe ser vista por África no sólo desde una perspectiva futurista, sino sobre todo en el análisis de la esencia de la Unión Europea y de todo su proceso de constitución y, a partir de este estudio comparado, en la realización de una verdadera zona de libre comercio continental. Conseguir así que tal iniciativa se traduzca en un aumento del nivel del comercio intraafricano, actualmente en torno al 13% y alcanzando la cifra del 25% o más en esta década, haciendo así del comercio un importante impulsor del desarrollo regional y la integración en África, al igual que en otras regiones del mundo, como la UE y Asia.
Actualmente, se considera unánimemente que la célula madre de la Unión Europea surgió a través de BENELUX, un tratado muy exitoso entre Bélgica, Holanda y Luxemburgo, y ese acuerdo dio lugar años después a la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero) que ya incluyó otros 3 países, además de los mencionados anteriormente, sin embargo, fue recién en 1957 que se produjo el Tratado de Roma, uno de los puntos más importantes en la creación de una Europa como lo es hoy, ya que permitió la creación de Europa Comunidad Económica que acordó la libre circulación de mercancías mediante la adopción de un arancel aduanero único, que a su vez dio lugar a un sustancial comercio justo, culminando todos estos acuerdos con la firma del Tratado de Maastricht que, en cierto modo, oficializa la Unión Europea.
Esta alfombra de Aladino, que nos ofrece un viaje al pasado, surge sobre todo con el objetivo de entender que, al igual que la Eurozona, África también tiene un orden cronológico que conduce a la creación del AFCFTA, que a pesar de ser un tema todo menos El nuevo desarrollo comenzó a tomar contornos relevantes en la Cumbre de la Unión Africana (UA) en enero de 2011, donde se aprobó la recomendación de la 6ª Sesión Ordinaria de Ministros de Comercio de la UA, celebrada en Kigali, para acelerar la creación de un Área de Libre Comercio Continental. Siguiendo el ejemplo de lo que sucedió en los primeros tiempos de la Unión Europea.
Tomando como ejemplo a la Unión Europea, queda claro que este acuerdo puede ser el primer paso hacia la realización de una aspiración de varios africanos, que es el auge de la unificación africana, generando los Estados Unidos de África
Rabby Ndombassy
África también se ha destacado en la creación de varias Comunidades Económicas Regionales (REC), que han estado buscando la integración económica a través del libre comercio, así como el desarrollo de uniones aduaneras y un mercado común.
Sin embargo, cabe señalar que dicho acuerdo en ningún momento debe anular las asociaciones derivadas de las comunidades diplomáticas existentes, como la CEDEAO, la SADC, etc. Sin embargo, es importante señalar que para un éxito efectivo de esta área, que legitimará a África como el centro transaccional más grande del mundo, es imperativo que los firmantes hagan tres principios intangibles a lo largo de su línea de acción, como son:
1. Privilegio para adoptar una economía de mercado
2. Respeto a la democracia
3. Control de la deuda pública
Por tanto, partiendo de las premisas antes mencionadas, se hace evidente que la implantación efectiva del tratado de libre comercio en este preciso momento no será un proceso totalmente armónico derivado de las diferencias existentes entre los países, y en muchos casos ha sido guiada por una economía basada en el socialismo exacerbado, así como un total desconocimiento de sus mayores acreedores y altos índices de golpes de Estado. Por ello, es de suma importancia que se guíe por una reorganización interna de los países, homogeneizando los ideales rectores, que por efecto bola de nieve contribuya a una mayor vitalidad del acuerdo.
Además, y enfatizando que uno de los grandes desafíos es acelerar el proceso de sacar a aproximadamente 70 millones de africanos de la línea de pobreza, espero que tal acuerdo saque a relucir el tema de la relación costo-beneficio (Trade-off), derivado de la necesidad de los países de especializarse en la producción de bienes y servicios. Sólo en aquellos aspectos en los que son verdaderamente experimentados y sostenibles, partiendo del ejemplo de Grecia, que basaba sus ingresos en los productos lácteos, el olivo y el turismo, fomentando en primer lugar la especialización en las zonas en cuestión, incrementando su producción e importando productos distintos a los de su especialidad con tasas aduaneras muy bajas, propagando una cultura de rotación de mercados.
De esta manera, es crucial que las políticas de empleabilidad sean consistentes, permitiendo en el corto/medio plazo reducir las tasas de desempleo continental a través del verdadero nacimiento de ayudas al comercio tradicional, como la economía azul y la economía digital, siendo esta última a través de la reestructuración de sistemas de pago y comercio electrónico. Estos instrumentos son fundamentales en las relaciones B2C (Business to Consumer), no solo para una mejor gestión y cobertura de un mayor número de mercados, sino también como una forma de captar ingresos para inversiones en I&D. Para ello, es igualmente crucial la difusión de la importancia de las pequeñas empresas a través del gran ejemplo de Brasil, donde el 90% de las empresas creadas son MIPYMES1 y estas emplean al 60% de la población en edad de trabajar.
En cuanto a la libre circulación de personas y mercancías, la Agenda 2063 estableció, de 2013 a 2015, 15 proyectos señalados como prioritarios para los próximos 50 años, de los cuales el 45% de los proyectos abordan el tema de la movilidad urbana. Por ello, hoy urge realizar un flashback retrospectivo para comprender el grado de esfuerzo de movilización generalizada que en Addis Abeba acordaron no solo los jefes de Estado africanos sino también todos aquellos que trabajan por un continente verdaderamente sostenible e inclusivo.
A modo de ejemplo, el costo promedio anual del transporte aéreo en el continente europeo, que por cierto es uno de los que tienen mayor índice de movilidad entre países, equivale a 180 dólares, y el mismo ejercicio realizado en el continente africano muestra que el costo promedio del transporte equivale a 400 dólares, lo que representa más del doble del precio de compra de un boleto, por lo que tal dato impulsa más que nunca que en el corto plazo pensemos en la oficialización de un “área Schengen al estilo africano” , y eso si se traduce esencialmente en un aumento de los índices de movilidad intraafricana, así como del turismo y todo el componente evolvente, que son espectadores en el desafío de la evolución de las naciones y que no interfieren, ni siquiera de manera ecuánime, en diversos panoramas transaccionales. Una vez puestas todas estas explicaciones sobre la mesa, y tomando como ejemplo a la Unión Europea, queda claro que este acuerdo puede ser el primer paso hacia la realización de una aspiración de varios africanos, que es el auge de la unificación africana, generando los Estados Unidos de África. Por lo tanto, la historia nos ha demostrado que el colectivo es muchas veces mayor que la suma de las partes y el que más fácilmente proporcionará relaciones ganar-ganar, representando ganancias, tanto para todos los marcadores del mercado como para todos los demás miembros de esta cadena aumentar exponencialmente las tasas de productividad.
Rabby Ndombassy consultor de la Zona de Libre comercio africana para a juventud. Consultor internacional de negocios y diplomacia. Cofundador del Fórum Internacional de Goma de Paz & Seguraridad
Sé el primero en comentar