El director financiero se ha convertido en una figura de especial relevancia en todas las empresas u organizaciones que manejan dinero, a la vista de las vicisitudes sufridas durante los sucesivos períodos de crisis que hemos y seguimos padeciendo. La disponibilidad de los fondos necesarios para la supervivencia de la empresa se ha complicado mucho como consecuencia del anómalo funcionamiento de los mercados financieros, como consecuencia de las políticas de lasitud financiera orquestada por los Bancos Centrales, y la necesidad de la mayoría de los bancos, tanto nacionales como internacionales, de implementar la normativa emanada de Basilea III, lo que les ha obligado a ser mucho más restrictivos y selectivos a la hora de facilitar financiación. El dinero se ha convertido en un bien escaso y quien lo maneja y lo gestiona en la empresa en la persona más importante; pero esto no ha sido siempre así.
Un poco de historia
La figura del director financiero ha sido, tradicionalmente, una parte del backoffice de la empresa, más ocupado en el correcto reflejo de la actividad realizada que por la actividad misma.
Lo importante en cualquier empresa, sobre todo en sus inicios, y desde luego en las pequeñas y medianas empresas, es producir y vender. Producir productos o servicios competitivos y con márgenes adecuados y ser capaces de colocarlos en el mercado ocupando la mayor parte posible del mercado objetivo. En resumidas cuentas, producir y vender cuanto más y mejor posible.
Las tareas administrativas, asociadas al área financiera de la empresa eran tareas secundarias, que solo toman importancia en el caso de existir problemas. Problemas asociados al crecimiento, por la necesidad de financiación adicional, o problemas asociados a incidencias en la relación con los “terceros” de la empresa, es decir, los clientes, proveedores y bancos.
El director financiero es quien mantiene ordenada la empresa internamente y está preocupado por la ortodoxia en la aplicación de las normas contables y el seguimiento de los procesos de gestión en la empresa. No forma parte de las decisiones que afectan al crecimiento, posicionamiento en el mercado, relación con los clientes, procesos productivos, ciclos de aprovisionamiento y relación con los proveedores.

De hecho al director financiero se le considera el responsable de los gastos financieros y el crecimiento de los mismos se considera el resultado de una mala gestión, cuando la responsabilidad sobre los gastos financieros no es exclusiva del director financiero, sino de toda la empresa. Si se consigue vender más los resultados serán mejores y el posicionamiento en el mercado habrá mejorado, pero también se incrementarán los gastos financieros, puesto que hay que financiar un volumen mayor de ventas a los clientes (salvo que cobremos al contado). Si se accede a descuentos por pronto pago para reducir el coste de las compras se mejorará el margen y la rentabilidad económica de la empresa, pero aumentarán los gastos financieros al tener que suplir la falta de financiación de los proveedores con mayor financiación bancaria o de mercado financiero.
La figura del director financiero
La figura del financiero nunca ha tenido una visibilidad clara para el exterior de la empresa. ¿Cuántos niños quieren ser directores financieros cuando se les pregunta qué van a ser de mayores? No existe una clara vocación financiera que lleve a alguien a identificar al director financiero como su objetivo en la vida. La sociedad en general identifica a los financieros con los personajes que aparecen en las películas americanas, operando en Wall Street y en los mercados financieros, arriesgando el dinero de otros en operaciones especulativas; lo que todavía añade más confusión a la realidad.
Cuando tu hijo te plantea que tienes que ir a su colegio a explicar en qué trabajas, ¿cómo explicar a un grupo de niños, en seria competencia con un médico, un bombero, un fontanero y un piloto de avión, que hace un director financiero? Es un reto francamente difícil, en donde es fácil fracasar y que los niños te identifiquen con un funcionario o un secretario, eso sí, muy importante.
Tampoco ayuda que no haya una carrera o titulación universitaria que establezca la formación necesaria para dedicarse a estos menesteres. La mayoría de los profesionales que se ocupan este puesto se han formado en administración de empresas (ADE) o en las más antiguas ciencias empresariales, con una elevada carga administrativa y pocos aspectos de gestión.
¿Cómo formarse para ser director financiero?, salvo algunas prestigiosas escuelas de negocio, no existen cursos o materias específicas para dicho rol. La forma de acceder a los conocimientos específicos ha sido siempre la experiencia y el conocido método de prueba y error, con elevados costes personales y económicos en dichos casos.
La “oportunidad” de la crisis
Pero la reciente crisis ha supuesto que la necesidad de obtener la financiación necesaria para financiación del ciclo de actividad, clave para la supervivencia del negocio, haya puesto al director financiero en una posición de gran relevancia en la empresa. Tal vez no haya sido el mejor momento, pero las oportunidades hay que aprovecharlas y poner de manifiesto que el ámbito de actuación del director financiero no debe circunscribirse solo a la financiación.

A pesar de la importancia y la necesidad de cubrir la necesidad de financiación, la sequía de fuentes de financiación externa a la empresa ha hecho que la atención del director financiero se haya extendido al resto de las actividades del ciclo de actividad, es decir, el desarrollo de las operaciones, la relación con los clientes y con los proveedores, el control de las condiciones establecidas, estando presente en todo el ciclo de actividad, para la reducción y control de las necesidades de financiación que surgen de la actividad desarrollada.
El director financiero pasa a participar en las decisiones que afectan a todas las áreas de la empresa, en tanto que demandan recursos financieros de difícil obtención. Toma parte en la definición de la estrategia de la empresa como facilitador de recursos y coordinador de los esfuerzos globales de la compañía.
Su importancia se equipara a otros departamentos clave en la gestión de la empresa como el comercial y el de producción. Sigue siendo importantísimo elaborar buenos productos o servicios y colocarlos en el mercado, ya que sin ello la empresa no tiene viabilidad, pero igual de importante es la capacidad de la empresa para poder llevar a cabo estos procesos de forma óptima y eficiente con el menor consumo de recursos y asumiendo y calibrando los riesgos que se asumen, labor del director financiero.
El nuevo director financiero
De acuerdo con las nuevas competencias, el director financiero debe salir de su cascaron y mostrarse al exterior. En primer lugar al resto de la empresa, para que pasen a visualizarlo como el facilitador de los recursos necesarios para que el resto de la empresa desarrolle su actividad y coordinador de los esfuerzos de todos para reducir la dependencia financiera del exterior. También debe cambiar su aspecto de cara al exterior, puesto que debe relacionarse no solo con los bancos y mercados financieros sino también con clientes, proveedores, trabajadores y accionistas, en tanto que participan en los flujos monetarios.
Sirva la siguiente tabla como resumen de la nueva posición del director financiero.
EL DIRECTOR FINANCIERO | |
ANTES | AHORA |
Responsable del reflejo contable de las operaciones realizadas para cumplir con las obligaciones legales de información | Garante de la correcta aplicación de las normas contables y la disponibilidad de la información para toda la empresa |
Integrador de los presupuestos de todas las áreas de la empresa para la elaboración de los presupuestos anuales | Coordinador de los esfuerzos de todos los departamentos para optimizar la demanda financiera de la empresa |
Generador de informes de evolución económico-financiera de la empresa | Facilitador de herramientas para el reporting anticipativo, a fin de anticipar las variaciones sobre lo previsto. |
Anotador de los riesgos incurridos | Controlador del correcto desarrollo de la actividad, vigilando los riesgos y estableciendo las señales de alerta necesarias para anticipar los problemas |
Aplicador de la estrategia definida en la empresa | Integrante del equipo que diseña la estrategia de la empresa |
Guarda celoso de la ortodoxia financiera, sin trasladar información, salvo la mínima necesaria, al resto de la empresa | Formador del resto de la empresa en los aspectos financieros que afectan a cada departamento, a fin de trasladar la cultura financiera a toda la empresa |
Dificultad de relación con el resto de las áreas de la empresa | Facilitador de soluciones financieras que apoyen la actividad del resto de departamentos |
Negociación y control bancario | Responsable máximo de la relación bancaria en todas sus facetas (financiación, servicios y riesgos) |
Francisco López Berrocal, CFO en DelValle IBC
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