La digitalización, al igual que la globalización y la urbanización, está cambiando al mundo. La rápida expansión de las tecnologías de la información y la comunicación es una fuerza imparable que toca todos los aspectos de la vida moderna, pasando por la economía, la sociedad, la cultura e incluso las nuevas infancias.
Desde el momento en que nacen, las y los niños están inmersos en un ecosistema digital. Al escuchar esta frase, podemos pensar en los niños que juegan con los móviles de sus padres, o incluso aquellos más privilegiados que tienen su propia Tablet, pero lo mismo es cierto para los que no cuentan con computadora ni internet en casa. La manera en la que funcionan actualmente los sistemas de salud está cruzada por las herramientas digitales, como lo está también la educación. Especialmente en un momento en el que las telesecundarias, teleprimarias e incluso las teleuniversidades se han convertido en la forma predilecta de los gobiernos latinoamericanos de llevar la educación a las localidades menos favorecidas.
Es por ello que de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, la inclusión digital es especialmente importante para las y los niños que habitan en las comunidades marginadas, donde la tecnología y la innovación abren la puerta hacia un mejor futuro.
La programación es una de las herramientas del siglo XXI que pueden ayudar a que los niños tengan conocimientos que les permitan desarrollar su potencial y ayudar en la resolución de los problemas comunitarios, rompiendo el ciclo integral de la pobreza con la generación de nuevas formas de empleo. Ante las grandes ventajas de llevar las herramientas digitales a todos los lugares, cabe preguntarse ¿cómo podemos lograrlo? En México, lo estamos haciendo en un lugar singular: Romita, Guanajuato.
Entre Silao y León, al norte de Irapuato, existe una modesta demarcación, donde antes se encontraban los terrenos de la hacienda de la Laja. Romita, como desde hace dos siglos la llaman con cariño sus habitantes, es basta en territorio, pero austera en cuanto a su número de pobladores. El total del pueblo, rural en su mayoría, alcanzaría a llenar a penas una quinta parte del Kyle Field Stadium, en Texas.
La programación es una de las herramientas del siglo XXI que pueden ayudar a que los niños tengan conocimientos que les permitan desarrollar su potencial y ayudar en la resolución de los problemas comunitarios
Muchos podrían llegar a pensar que es imposible generar tecnología de alta gama en un lugar así. Sin embargo, desde hace más de una década una pequeña empresa lo está logrando. Sonder es una empresa de asesoría y desarrollo de proyectos de automatización y mantenimiento en ingenierías de planta, electromecánica y corredores industriales, cuyo principal objetivo, paradójicamente, está ligado al desarrollo de talento guanajuatense, dando una oportunidad a los recién egresados universitarios de complementar sus conocimientos con experiencia de campo.
Sonder involucra a los jóvenes en el desarrollo de servicios innovadores, explotando su creatividad y conocimiento para explorar vetas imaginadas en soluciones empresariales. Con esta estrategia íntimamente ligada al emprendimiento social, Sonder ha logrado diseñar y ejecutar proyectos tecnológicos de punta en Romita, Silao, León, Irapuato, Celaya y Dolores Hidalgo, en Guanajuato; así como en el Estado de México, Querétaro, Veracruz y Chihuahua.
Es impresionante lo que hace Sonder, y a su vez muy inteligente, porque entiende que los jóvenes no son el futuro: son el presente. Esta visión los ha llevado a generar alianzas extraordinarias que han extendido su impacto no solo a más juventudes, sino también a las infancias. En conjunto con los nodos Guanajuato, Michoacán y el capítulo España de la Red Global de Mexicanos en el exterior, Sonder está impulsando pláticas, reuniones en el metaverso y eventos con mentores internacionales en los que los jóvenes pueden conectarse directamente con los expertos. Además, en alianza con Fundación Valerio y el gobierno municipal de Romita, está impulsando un programa de robótica para niños.
Fundación Valerio es otro actor fundamental para la inclusión de las y los niños guanajuatenses en la era digital, al donar recursos que no solo cubren las necesidades básicas de los pequeños, sino que desarrollan habilidades digitales de programación, diseño y desarrollo de productos y servicios basados en tecnología, y competencias del área de STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), con perspectiva de género. Con instrumentos como estos, el día de mañana las y los niños romitenses serán capaces de resolver los problemas comunitarios y, ¿por qué no?, contribuir a solventar los grandes retos globales.
Mientras que la Industria 4.0 promete ser una nueva revolución que combina técnicas avanzadas de producción y operaciones con tecnologías inteligentes, la inclusión de las y los niños en las tendencias de la robótica y la ciencia de datos es la mejor forma de convertir este deseo generalizado en una realidad tangible.
Romita, por sí solo, no parecería un sitio extraordinario. Como en el resto del estado, en Romita la agricultura y la manufactura se encuentran entre las principales actividades económicas. No en vano la mitad izquierda de su escudo muestra a los agricultores, trabajando su tierra fértil, mientras que la derecha se divide entre fábricas industriales y las lomas cubiertas de mezquites; y sin embargo, gracias al apoyo de empresas como Sonder, de la Fundación Valerio, y de la diáspora calificada Mexicana en el exterior, el día de mañana podría convertirse en el próximo Silicon Valley o Eindhoven, de donde bien podría nacer un genio. ¿Qué mejor manera de apoyar que sumar esfuerzos?
Semblanza autores:

Edgar Valdés es un físico y desarrollador que trabaja para generar soluciones de ciencia urbana de alto impacto con un conjunto integral de habilidades que surgen de las ciencias sociales y exactas y una sólida formación tecnológica de más de 20 años. Como líder de innovación en firmas de consultoría de clase mundial y fundador de Hadox Human Networks y Neurolitiks, ha desarrollado ideas, generado ideas, desarrollado programas e integrado comunidades para más de 75 empresas líderes. Edgar también ha desarrollado +10 programas de inteligencia artificial que ayudaron a aumentar la productividad en un 25 % en sus respectivos campos. Su experiencia como científico urbano y aprendizaje automático le ha permitido formar a futuras generaciones de profesionales y liderar proyectos científicos en Inteligencia Artificial y Sistemas Complejos. He participado como mentor de jóvenes desarrolladores en diversas universidades como MIT y conferencias +20.

Eva Guadalupe Hernández es una escritora, historiadora, filósofa y bióloga mexicana cuyo trabajo cierra la brecha entre la ciencia, el arte y la tecnología, a través de la literatura. Desde la interdisciplina, ha colaborado con la elaboración de +4,800 escritos en temas que van desde la ciencia de datos hasta la política pública, pasando por el evolucionismo, la ciencia ficción y la divulgación científica. Es parte del colectivo Arte+Ciencia, que trabaja en la producción de conocimiento desde la intersección de humanidades, arte y ciencias. Su singular estilo y agudeza de pensamiento la han llevado a colaborar como líder de investigación en la academia y los sectores público y privado, una extraña combinación que le ha permitido reflexionar sobre la invisibilización de la mujer en la producción de conocimiento, tema central de sus futuras investigaciones.
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