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Ajuste de Cuentas

Esta será una de las últimas veces que celebro con tanta fuerza el aniversario de la Carta Foral de Bemposta do Campo. Hay necesidad de un ajuste cuentas con la Historia.

Este ajuste de cuentas no quiere decir que esté cansado de pensar, defender y promover mi verdadera patria, mi Bemposta do Campo, y la Raya Ibérica en general. ¡Al contrario!

Sin embargo, no podemos aferrarnos a un simbolismo del pasado, debemos tener coraje, debemos innovar para que las nuevas generaciones puedan continuar la labor de desarrollo efectivo de nuestra frontera ibérica.

Posiblemente esta celebración más efusiva y formal de la Carta Foral de mi pueblo, el 512 aniversario de nuestra Carta Foral, que fue concedida por el Rey Manuel I de Portugal, no signifique que se vaya a borrar de la memoria y de los medios de comunicación. Simplemente significa que vamos a ser más pragmáticos, y no esperar eternamente a que la “luz” brille sobre nuestros responsables políticos, para salvaguardar las memorias, la cultura y las tradiciones de los “pueblos perdidos” de la Raya ibérica.

Vivimos en un mundo en el que parte de su geopolítica se basa en la integración de parte de su economía y sus intereses comunes en organismos internacionales. Inmediatamente viene a la mente la Unión Europea y, en términos militares, la OTAN.

Para bien o para mal, Portugal y España ya están parcialmente integrados a través de la Unión Europea.

Es cierto que existen varios proyectos de cooperación transfronteriza luso-española, con el objetivo de desarrollar sus territorios y promover un mejor bienestar social para sus ciudadanos. Pero falta algo…

Todo este trabajo necesita estar cohesionado.

El principal problema para que esta cohesión no sea muy eficaz es que el modelo de organización territorial de España y Portugal es muy heterogéneo. España es un estado con regiones autónomas y Portugal continental es un estado centralizado.

Prácticamente en nuestra frontera ibérica, portugueses y españoles padecen los mismos problemas: hay una población muy envejecida, falta trabajo para los más jóvenes, en algunos casos falta infraestructura y también hay situaciones en las que los servicios básicos los servicios del Estado no llegan a sus ciudadanos.

A nivel estratégico, nuestra Raia Ibérica tiene que saber posicionarse. Primero en la Península Ibérica, luego dentro de las instituciones europeas, y también en cierto modo en el mundo.

Organizaciones como el Consejo Nórdico, BENELUX o el Grupo Visegrado tienen su reputación y ventajas dentro de las instituciones europeas. Y también podría tenerlo la Comunidad Ibérica

Una posible Comunidad Ibérica podría ser la solución para ayudar a integrar y ordenar el desarrollo de nuestra Raia.

¡El desafío es gran! Porque estamos hablando de una Raya, una frontera con unos 1.200 kms.

Es necesario discutir seriamente esta idea, que por su naturaleza debe ser iniciada y promovida por la sociedad civil. Y si es posible, contar con el apoyo de los gobiernos centrales de España y Portugal, lo que facilitaría mucho su desarrollo.

Es necesario innovar en la creación de nuevas sinergias y nuevas formas de pensar.

No hace falta mirar al pasado menos exitoso, pero también es importante no caer en divagaciones inútiles y nostalgias ibéricas unionistas.

Si culturalmente portugués y español son muy parecidos, a nivel social en muchos aspectos somos muy diferentes.

Y para ayudar a rejuvenecer y desarrollar nuestra frontera ibérica, tenemos que ser pragmáticos pero también muy cercanos en la forma en que trabajamos por el bien común.

La acción está en manos de verdaderos emprendedores y visionarios para romper las barreras que impiden el desarrollo social y económico de nuestro pueblo, y crear un verdadero espíritu de comunidad.

Es el momento adecuado para desafiar a la Historia y hacer el ajuste de cuentas deseado.

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