Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Rubik, la Mente Fascinante Detrás del Cubo

“El caos es un orden por descifrar.” – José Saramago

El nacimiento de un producto exitoso siempre es motivo de inspiración y curiosidad para quienes tratan de entender las mentes y los procesos detrás de sus inventos.

Con más de 400 millones vendidos desde su creación en 1974, el Cubo Rubik es el juguete más popular del planeta. Este rompecabezas se ha convertido en un ícono cultural y democrático que ha unido a personas de todo el mundo en un juego de aprendizaje, destreza y velocidad (el récord en resolverlo es de 3.47 segundos).

¿Pero cómo llegó el húngaro Erno Rubik a inventar el famoso Cubo? En su libro autobiográfico “Rubik”, el inventor nos habla sobre cómo los puzles fueron entrenando su mente desde niño y cambiaron su forma de ver las cosas, así como la manera de entender los problemas y descubrir sus soluciones.

Para Erno Rubik los juegos de rompecabezas tienen precisamente los ingredientes necesarios para detonar la creatividad humana; éstos nos ayudan en la concentración, la curiosidad, el sentido del juego y nos retan a conseguir resolverlos. Además, jugar con nuestra imaginación nos ayuda a hacer las cosas mejor en la vida diaria y es mediante la imaginación que desarrollamos la inteligencia para resolver problemas.

Sobre los juegos competitivos, hay que reconocer que también tienen sus ventajas. Los juegos de competencia generan disciplina y motivación para cumplir más objetivos y nuevos retos, pero muchas competencias son estructuradas y simplistas, y no contribuyen del todo al desarrollo intelectual o emocional. Para Erno Rubik, la capacidad de imaginación vale mucho más que una mentalidad competitiva.

Pero con el Cubo Rubik sucede lo contrario, uno vuelve una y otra vez a resolverlo, a desafiarse a mejorar su tiempo, a intentar diferentes soluciones, a luchar contra el caos para traer el orden y la armonía

Ricardo Villarreal

Y es que con la imaginación desarrollamos capacidades de pensamiento para hacer conexiones entre diferentes tipos de información y de situaciones que nos ayudan a encontrar soluciones creativas y eficaces a los problemas. Es precisamente en este entorno racional donde se ubica la verdadera inteligencia.

Titulado en Arquitectura de la Universidad Tecnológica de Budapest y profesor de Arquitectura y Diseño, Erno Rubik siempre se ha considerado un amateur, lo cual es pieza clave en su forma de ver el mundo. Esa forma de percibirse le ha servido para descubrir las cosas como un aficionado siempre curioso, libre y abierto a los hallazgos espontáneos y las posibilidades que arroja la vida. Cuando inventó el Cubo lo hizo como un amateur, amante del proceso creativo y su posterior resultado.

Erno Rubik inventó el Cubo en 1974 cuando era profesor de Geometría Descriptiva. Más bien, él prefiere decir que “descubrió” el Cubo en lugar de “inventarlo”, como si su existencia hubiese sido predeterminada. Aunque nunca fue su propósito, el dibujar figuras geométricas tridimensionales abstractas fue la base de su proceso creativo para elaborar un objeto tridimensional en forma de cubo que pudiera girarse sobre un eje.

Una vez que encontró la manera de hacerlo resistente (lo hizo de madera), que pudiera unir las piezas sobre un eje y hacerlo girar, el resultado fue un cubo de 3 x 3 x 3 funcional. Pero algo faltaba, el cubo inicial era monocromático. Pronto pintó todas las caras de un color diferente y ese fue el primer cubo. Dice Rubik que un producto solo es perfecto cuando ya no hay nada más que añadir o eliminar.

Como dato interesante, la primera vez que realizó movimientos del Cubo, Erno Rubik se sorprendió con la complejidad de su invento. Mientras más giros hacía, se daba cuenta de lo difícil que era regresar a la posición inicial. Pero, aunque pareciera difícil resolverlo, sabía que volver al punto de partida era factible. Erno Rubik tardó un mes en encontrar la solución la primera vez. Con la práctica le fue más fácil dominarlo.

A finales de 1977 salió a la venta en su natal Hungría su juguete llamado “Cubo Mágico”, y en 1980, en un acuerdo con la juguetería Ideal Toy, se registró con el nombre “Cubo Rubik” para distribución en los Estados Unidos. Su éxito fue inmediato y continúa siendo hoy uno de los juguetes favoritos en las nuevas generaciones.

Y es que el Cubo logra establecer un vínculo muy fuerte con quien lo juega. Además de su propiedad táctil que lo hace irremplazable ante una pantalla digital, es ligero, móvil, tiene una gran funcionalidad, un reto muy divertido y la interacción con él nos atrae a ese apetito intelectual de querer resolverlo constantemente a partir del desorden.

Cuando uno arma un rompecabezas de una imagen sobre una mesa, es muy poco probable que uno quiera desarmarlo y volverlo a armar. Pero con el Cubo Rubik sucede lo contrario, uno vuelve una y otra vez a resolverlo, a desafiarse a mejorar su tiempo, a intentar diferentes soluciones, a luchar contra el caos para traer el orden y la armonía.

Creo que muchos nos identificamos con el Cubo porque a veces nos encontramos indescifrables y requerimos de ajustar algunos algoritmos en nuestras vidas para volver a la armonía. Es un juguete muy noble, transparente y humano, tal como su inventor.

A pesar de haber logrado el éxito en términos de ventas, para Erno Rubik el verdadero triunfo fue haber inventado el Cubo por sí mismo, independientemente de la fama y el dinero que le acompañaron después. Su motivación de vida sigue siendo la de un amateur libre y curioso tratando de entender cómo funcionan las cosas. Siendo él un impulsor del aprendizaje, ha estado involucrado en organizaciones que promueven la ciencia en la educación y en fundaciones para apoyar a jóvenes inventores.

Como conclusión, Erno Rubik nos comparte importantes lecciones de vida que nos pueden ser muy útiles. No perdamos la capacidad de sorprendernos, de mantenernos curiosos, de seguir aprendiendo con una mente abierta y de disfrutar de todo proceso creativo. Muchas veces la recompensa está en la oportunidad misma de llevarlos a cabo y, quizás un día, inesperadamente, hasta nos arrojen un invento como resultado.

Ricardo Villarreal, Vicepresidente – Red Global MX Capítulo Portugal

Sé el primero en comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *