El Gobierno de la República de Lituania forma la política exterior de nuestro país sobre los principios de libertad, democracia, derechos humanos y la supremacía del derecho internacional, y tiene como objetivo hacer de Lituania un centro para el desarrollo de la libertad y la democracia, insistiendo sobre cuestiones de derechos humanos como una prioridad en la agenda internacional.
Para entender por qué esto es tan importante para Lituania, probablemente necesite mirar nuestra historia. La larga y muy convulsa historia de un país en la encrucijada entre Oriente y Occidente, entre religiones e incluso civilizaciones.
Lituania celebra su día nacional en febrero. También en marzo. Y en julio. ¿Por qué tenemos incluso tres días festivos nacionales?
El 6 de julio de 1253, el Gran Duque Mindaugas fue coronado Rey de Lituania. Aunque nuestra historia comenzó antes, el 6 de julio celebramos el Día de la Estado, que marca el reconocimiento internacional del Estado de Lituania. Mindaugas creó instituciones estatales, el servicio diplomático, buscó fortalecer las relaciones con Europa Occidental y expandir pacíficamente el territorio de Lituania hacia el Este a través del matrimonio. En un momento de la historia, en el siglo XV, el Gran Ducado de Lituania fue el estado más grande de Europa. En la segunda mitad siglo 16, para resistir los peligros cada vez mayores, acordamos con el Reino de Polonia ser un solo estado: la República de Dos Naciones. Solo duro un corto tiempo ya que Rusia fue saquear estos territorios, y en 1795 tras la división definitiva del territorio de ambas Repúblicas entre Prusia, Rusia y Austria, dejamos de existir. Pero dejamos de existir solo en el mapa. Ni el pueblo lituano ni el polaco dejaron nunca de luchar por su país, nunca dejaron de creer en la libertad que logró Lituania el 16 de febrero de 1918.
Febrero 16 es nuestro otro Día Nacional – Día de la Restauración del Estado de Lituania. Lituania volvió a la arena internacional, estableció relaciones diplomáticas con países de todo el mundo (con España el 27 de julio de 1922), desarrolló con éxito su economía y creó una sociedad moderna. Pero la historia se repite, y no solo sus buenos momentos. ¿Recordamos que en 1795 Rusia zarista y la Prusia dividieron nuestro territorio? En 1939 el mapa de Europa fue nuevamente decidido por los sangrientos dictadores de la Alemania fascista y la Rusia soviética, quienes repartieron en secreto a la Europa del Este. Los acontecimientos posteriores llevaron al hecho de que en 1940 Lituania pasó a formar parte de la Unión Soviética, fue ocupada por la Alemania nazi durante la segunda guerra mundial y en 1944 el ocupante soviético rojo volvió de nuevo. ¿Nos opusimos? Sí. Miles de hombres y mujeres lituanos fueron a los bosques para una lucha armada que continuó hasta 1953. Cientos de miles de personas fueron deportadas a Siberia u obligadas a huir a Occidente. La ocupación de Lituania y otros estados bálticos durante medio siglo trajo consigo una represión generalizada de la población lituana, violaciones de los derechos humanos, la rusificación de la educación y la vida pública y la nacionalización de la propiedad privada. ¿Eso no os recuerda algo? Después de todo, las mismas persecuciones y deportaciones de civiles se están produciendo incluso ahora, durante la agresión rusa en Ucrania. Rusia mata a los residentes pacíficos de Ucrania, lleva a los niños a las profundidades de Rusia, introduce su propio sistema de dinero, televisión y educación en las ciudades ucranianas ocupadas. Rusia nunca condenó oficialmente los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen comunista de la URSS y adoptó las mismas tácticas. Eso condujo al surgimiento del régimen de Putin y al establecimiento de la ideología del putinismo, el revisionismo histórico y la agresión militar contra un estado europeo, pacífico y soberano. La historia de los crímenes contra la humanidad se repite; probablemente sea fácil entender por qué los ucranianos resisten tan heroicamente.
El Gobierno de la República de Lituania forma la política exterior de nuestro país sobre los principios de libertad, democracia, derechos humanos y la supremacía del derecho internacional, y tiene como objetivo hacer de Lituania un centro para el desarrollo de la libertad y la democracia
LYRA PUIŠYTĖ-BOSTROEM, Embajadora de Lituania en España
Pero volvamos a la tercera fiesta nacional de Lituania. El 11 de marzo de 1990 es el día de la restauración de la independencia de Lituania. Hubo voces que nos instaban a no querer demasiado, a no ir demasiado rápido, a no molestar a Gorbachov, a esperar un momento conveniente. Se buscaban formas de satisfacer a esos impacientes lituanos sin destruir la Unión Soviética. Después de todo, era imposible imaginar que pudiera existir un mundo sin este monstruo autoritario que amenaza a todos los que piensan diferente, con su poder nuclear. (¿Encontramos paralelismos con la actualidad?) Pero la fuerza debe ser respondida en el único idioma que entienda: firmeza y, si es necesario, fuerza, sabiendo de qué lado están la verdad y la justicia. En 1990 -1991 aguantamos el bloqueo económico de los soviéticos, sin apenas gasolina durante más de un año, montamos en bicicleta, nos lavamos con agua fría, porque vimos el propósito y el sentido. Mucho más importante fue la pérdida de vidas cuando los soviéticos trataron desesperadamente de aferrarse al poder, y el único consuelo es que la sangre de nuestros pacíficos luchadores por la libertad no se derramó en vano, ganó la revolución cantante. Hoy, Lituania es miembro de pleno derecho de la comunidad internacional, la Unión Europea, la OTAN, la OCDE, un estado próspero, moderno, democrático y en rápido desarrollo.
Como puede ver en la historia de Lituania, el deseo de libertad, la lucha por los valores universales se ha establecido duesde muchos siglos en nuestro ADN. Sentimos la obligación de ayudar a todos aquellos que han perdido su libertad.
Este año, cuando celebramos el 16 de febrero, Día de la Restauración del Estado de Lituania, y nos acercamos al aniversario de la agresión rusa en Ucrania, vuelvo a recordar el eslogan utilizado por primera vez por lituanos y polacos durante el levantamiento de 1794 contra la Rusia zarista: “¡Por nuestra y vuestra libertad!” Este eslogan también llamó a la lucha unida contra los regímenes totalitarios en el siglo XX: durante la resistencia silenciosa en el gueto de Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial, durante las protestas contra la invasión soviética de Checoslovaquia en 1968, durante la lucha pacífica por la libertad en los Estados bálticos e incluso durante la lucha de los demócratas rusos en 1991. Es también un eslogan que tiene gran relevancia hoy, cuando la guerra en Europa está cercenando nuestros valores comunes, la libertad de todos nosotros.
LYRA PUIŠYTĖ-BOSTROEM, Embajadora de Lituania en España
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