Como mexicano viviendo en Portugal, la llegada de un nuevo embajador de México al país donde uno reside es siempre motivo de gran entusiasmo, de curiosidad, de optimismo y de imaginar nuevas posibilidades para seguir contribuyendo en proyectos de beneficio para la creciente y activa comunidad mexicana.
Tuvimos el honor de entrevistar al Honorable Embajador de México en Portugal Bruno Figueroa Fischer, quien cuenta con una distinguida y admirable trayectoria como diplomático en el Servicio Exterior Mexicano. El Embajador nos recibió en su oficina en la Embajada de México en Lisboa para platicar sobre su impresionante carrera diplomática, la relación histórica entre México y Portugal, y sus objetivos como embajador en esta nueva encomienda.
Muchas gracias, Señor Embajador por la oportunidad de esta entrevista. ¿Cómo se inició en la diplomacia y qué lo inspiró a seguir esta vocación de servicio?
Sí, claro. Yo estudié relaciones internacionales y a los seis meses de haber concluido la universidad salió un concurso de ingreso al servicio exterior. Yo tenía 21 años cuando decidí presentarme y posteriormente entré al servicio exterior. Desde entonces ha sido una carrera ininterrumpida de 35 años. La diplomacia ha sido mi vida y mi pasión.
¿Cuál fue su primera misión en el extranjero y qué cargos diplomáticos internacionales ocupó antes de llegar a ser Embajador de México en Portugal?
Mi primera salida al exterior ocurrió en 1993 cuando me fui a Paris, a la Embajada de México en Francia, haciéndome cargo primero de los asuntos políticos y luego como agregado de prensa durante cuatro años. Posteriormente, en Austria me desempeñé como representante alterno ante los organismos internacionales que tienen sede de las Naciones Unidas en Viena.
Después de tres años en Viena, mi esposa y yo regresamos a México, donde fui asesor del Canciller Jorge Castañeda y luego del Canciller Luis Ernesto Derbez. De ahí, di un salto como Cónsul General de México en San José, California. Fueron años muy intensos y de un gran contraste comparado con el trabajo en una embajada. Pero con ese cargo completé mi formación diplomática al haber pasado por los tres tipos de representaciones que México tiene en el exterior: una embajada ante un país, una representación ante un organismo internacional y un consulado.
Posteriormente, y tras varios años ocupando distintos cargos vinculados a la cooperación internacional, me ratificaron como Embajador de México en Corea en diciembre de 2016, cargo que ocupé por casi seis años. Y desde el pasado mes de diciembre como Embajador de México en Portugal.
El fuerte de nuestra vinculación es definitivamente la cultura. Esta afinidad entre mexicanos y portugueses ha contribuido en crear puentes y facilitar intercambios que nacen a nivel de las personas. Y es importante recalcar que cada historia personal se convierte en parte de la historia bilateral entre México y Portugal
Bruno Figueroa Fischer, Embajador de México en Portugal
Habiendo sido usted Embajador de Corea, un país conocido por su crecimiento acelerado y desarrollo tecnológico, ¿cuáles son sus primeras impresiones de Portugal y qué objetivos tiene como embajador en este país?
En efecto, no puede haber mayor contraste entre Corea y Portugal. El único punto que tienen en común es una superficie casi del mismo tamaño. Pero Portugal es un país de 10 millones de habitantes y Corea de 52 millones. El contraste de densidad poblacional es claro, así como el nivel de desarrollo económico de Corea, que es una potencia manufacturera mundial.
Por otro lado, en Portugal la huella de la historia es muy profunda y presente en todos lados. Sin embargo, aquí encuentro a un país con un certero dinamismo económico, que se está alejando de esa dependencia del turismo y la agricultura.
En particular, hay dos lugares que me han impresionado: la región de Porto, que tiene mucha industria pequeña y mediana, pero muy sofisticada, al pendiente de los avances tecnológicos y de las necesidades de la demanda mundial. Y Oeiras, ubicada en la periferia de Lisboa y que concentra el 30% de las empresas de innovación en Portugal. Esto nos habla de una conversión hacia la tecnología y la economía del pensamiento. Yo veo a los portugueses pensando en el largo plazo e invirtiendo en el futuro.
¿Cómo es la relación diplomática entre México y Portugal y qué futuro tiene esta relación bilateral?
Precisamente el próximo año celebraremos 160 años de relaciones diplomáticas entre México y Portugal. Aunque fue en el siglo XX cuando se consolidó esta relación, que hoy en día es muy fuerte, y en donde veo mucho dinamismo y un potencial enorme.
El fuerte de nuestra vinculación es definitivamente la cultura. Esta afinidad entre mexicanos y portugueses ha contribuido en crear puentes y facilitar intercambios que nacen a nivel de las personas. Y es importante recalcar que cada historia personal se convierte en parte de la historia bilateral entre México y Portugal.
En cuanto al futuro, la relación entre México y Portugal continúa evolucionando favorablemente. Es verdad que España se ha visto siempre como el punto de entrada de México hacia Europa y que tiene la comunidad mexicana más importante en el mundo fuera de los Estados Unidos.
Sin embargo, en los últimos años parece haber un fenómeno en donde Portugal ya se ve de manera independiente de España y con una identidad propia, fuerte y atractiva. Con ello, siento que cada vez hay más mexicanos que desean conocer o inclusive vivir en Portugal. Y eso se nota también en la cantidad asombrosa de nómadas digitales mexicanos que residen aquí en Portugal.
¿Qué nos puede compartir sobre el crecimiento comercial entre ambos países?
Que hay mucho potencial. Portugal puede verdaderamente convertirse en un punto de entrada de México hacia Europa. A nivel económico la relación es muy discreta y yo discuto los números que he visto a nivel de comercio e inversiones porque estoy seguro de que están totalmente subvalorados. Por ejemplo, he descubierto que muchos productos mexicanos en Portugal no llegan directamente de México, sino que vienen vía terceros países, ya sea que llegaron primero al Puerto de Rotterdam o entraron por España, y entonces ya no cuentan en la balanza comercial.
Pero el interés por México en Portugal es notable y creciente. En promedio se abre un nuevo restaurante mexicano al mes y con una oferta gastronómica de gran calidad. Y efectivamente, la comida invita a una buena experiencia culinaria en Portugal, e invita a los portugueses a ir a México. Y aquí es donde viene otro tema que está relacionado: el de las infraestructuras de las conexiones directas.
Desde el 2021 hay un vuelo directo Lisboa-Cancún de TAP que conecta a ambos países, y en julio de este año vamos a inaugurar el vuelo directo Oporto-Cancún con IberoJet. Sin duda este vuelo también va a ser un éxito, no solo porque la región del norte de Portugal es grande y tiene un poder adquisitivo elevado, sino que además va a captar al mercado de Galicia, que le quedará más cerca volar a México desde Oporto que de Madrid. Adicionalmente, ya se empieza a escuchar la necesidad de un vuelo directo hacia la Ciudad de México. Todo llega a su debido tiempo.
Un último comentario.
Siento mucho orgullo y una enorme fortuna ser Embajador de México en Portugal. Es una gran responsabilidad y daré todo mi empeño para trabajar por México y los mexicanos. Gracias.
Ricardo Villarreal, Vicepresidente de Red Global MX – Capítulo Portugal
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