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Ayer fue la Globalización, Hoy es la Inteligencia Artificial

Cualquier tipo de innovación  tecnológica es primordial para definir una sociedad. Como Karl Marx llego a decir “dadme el molino de viento y os daré la Edad Media; dadme la máquina de vapor y os daré el capitalismo”.  Los avances tecnológicos no conocen límites ni fronteras, es más, podrá ser difícil detener su ritmo. Actualmente, somos cómplices de la rápida evolución tecnológica. Hace unas décadas, las continuas interconexiones  de diferentes nacionalidades en materia económica, política, social, entre otras, provoco que el fenómeno de la globalización cambiara la geopolítica moderna. Sin embargo, una de las novedades más populares, esta adquiriendo una velocidad acelerada, transformando la política y el balance de poder entre Estados. La inteligencia artificial (IA), tiene la capacidad de incitar un cambio cultural al modificar el espacio de interacción con ella y ha obtenido tal dominio que ha cuestionado la propia ética, forzando a que el sistema internacional revise su marco normativo.

Los hechos geopolíticos ocurridos durante el proceso de globalización han sido numerosos y de gran impacto. Entre estos, los que no pueden quedar fuera son: la obsesión china por sumar presencia en América Latina; la participación de Ecuador y Venezuela en la OPEP; Brasil formando parte de los BRICS; El puerto más grande de Europa,  Róterdam, firmando un acuerdo con el Canal de Panamá; entre otras. La interconectividad causo que los canales de comunicación no sean tan extensos. Estos acontecimientos formaron parte de un acuerdo que tomo una prioridad en la agenda global. Mientras que el tema de hoy, es la integración de datos. Es decir, la inteligencia artificial. La facilidad de tener un “profundo” conocimiento de una situación,  y permitir la centralización de decisiones, ha incitado que la inteligencia artificial se convierta en un debate político y social.

Existen muchos espacios en donde la IA se está manifestado de una forma revolucionaria.  La competencia por la materia no finaliza acuerdos básicos ni con ganancias igualitarias. Por ende, el sistema esta desregulado, beneficiando a algunos y dejando a otros muy lejos atrás. Estimulando que la rivalidad por el dominio de esta tecnología sea entre países con más recursos económicos, con la finalidad de obtener más información y volumen de datos. Creando que los países dejen de distinguirse como  “grande” o “el chico”, sino como “el más rápido” o “el más lento”. A la par, se está alterando el balance del poder económico e internacional. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), informó que “el rol de la tecnología ha crecido exponencialmente en todos los sectores de la economía, generando nuevas ocupaciones y cambiando las tareas que realizamos los seres humanos y las habilidades que necesitamos para abrirnos camino en el mercado laboral.”[1] Asimismo, los expertos advirtieron que aunque no se podía dar un pronóstico concreto, “anticiparon que cerca del 47% de los empleos en Estados Unidos y más del 60% para varios países de América Latina y el Caribe se encuentran en riesgo de ser automatizados.”[2] En un estudio realizado por el BID, se analizó el impacto indirecto de la introducción de robots en Estados Unidos con tres países latinoamericanos: Brasil, Colombia y México. Utilizando datos administrativos para el periodo 2011-20116,  la investigación destacó un efecto negativo en los trabajos  y los salarios de Colombia y Brasil. Por otro lado, México al tener más vínculos económicos con Estados Unidos,  le favorecería el efecto de la automatización estadunidense, alzando el nivel de sus exportaciones al incrementar la productividad.  La conclusión del estudio también señalo la secuela que se ha visto a lo largo de la historia, cómo los grupos más vulnerables resentirán las mayores pérdidas por la integración de nuevas tecnologías en Estados Unidos. Esto provocaría un cambio en las rutas migratorias, incluyendo, la relación comercial entre países.  Por lo cual, es primordial que la transformación hacia la inteligencia artificial o la “Cuarta Revolución Industrial”, sea incluyente para mitigar los riesgos afiliados. Un ejemplo de esto sería el apoyo del sector privado en la capacitación de los trabajadores para su transición de empleos.  De igual forma, los gobiernos tendrán que encontrar una manera de relacionarse mejor con sus residentes para brindarles protección contra los  peligros que puedan llegar con la integración de la IA en la vida cotidiana.

Por eso y miles de razones más, es necesario que se empiece a analizar un plan de acción con mayor coordinación para que el avance de herramientas que contribuyan a la evaluación de gestión de riesgos sea confiable  y la  transición sea equitativa

Como fue mencionado antes, la carrera por obtener una cantidad más amplia  de datos vuelve a cambiar la geopolítica. Los expertos en temas de tecnología avanzada estarán guiando las tendencias del mercado, marcando claramente una consecuencia en todas las áreas. El sector político e internacional ya comenzó desde hace varios años a discutir plausibles normas para una justa y segura regulación. El 15 de mayo del 2022, Estados Unidos y la Unión Europea celebraron la  Segunda Cumbre del Consejo de Comercio y Tecnología. El Secretario de Estado Estadunidense, Antony Blinken, y la Vicepresidente de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, se reunieron para fomentar la cooperación transatlántica y reafirmar sus enfoques democráticos respecto el comercio, la tecnología y la seguridad. El intercambio de reciprocidad en el asunto detallo el cuidado que se debe de tener con las exportaciones de tecnología critica a regímenes autoritarios.  

La vinculación entre distintas zonas del mundo se está concretando al priorizar su enfoque a las tecnologías de alto nivel y todo lo que implica.  Los debates sobre la privacidad del ser humano y la ética en general comenzarán a surgir con más frecuencia. Las nuevas tendencias, producirán nexos entre países nunca antes vistos, por lo que es inevitable estudiar los flujos de migración que surgirán. Por eso y miles de razones más, es necesario que se empiece a analizar un plan de acción con mayor coordinación para que el avance de herramientas que contribuyan a la evaluación de gestión de riesgos sea confiable  y la  transición sea equitativa. Esta transformación tiene que incluir a todos los participantes, porqué si la tecnológica no es utilizada adecuadamente, las consecuencias serán irreversibles. Nuestra sociedad será definida por la inteligencia artificial, estableciendo una realidad a favor de los países con más cantidad de datos e información y discriminado a las sociedades con menos acceso a ella.


[1] https://blogs.iadb.org/trabajo/es/el-impacto-de-la-automatizacion-mas-alla-de-las-fronteras/

[2] Ibd.

Alide Flores Urich Sass

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