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La Importancia del Diálogo: Crítico para Consolidar la Democracia en Haití

Haití es una nación insular caribeña situada frente a la costa sureste de Estados Unidos. La población haitiana es predominantemente de ascendencia africana, con algunos ancestros europeos e indígenas. El francés y el criollo son los dos idiomas oficiales del país insular, conocido por su compleja y a menudo tumultuosa historia. En las últimas décadas, el país se ha visto asolado por conflictos económicos, desastres naturales e inestabilidad política. La falta de diálogo en cualquier país, desarrollado o no, constituye sin duda un gran obstáculo para la consolidación de su democracia, en la cual la situación de Haití no hace excepción.

La importancia del diálogo

Gran parte de la democracia se basa en el diálogo, es decir, en un proceso por el que los individuos se comprometen entre sí para llegar a un consenso. El proceso de toma de decisiones basado en el consenso puede considerarse la base de cualquier gobierno democrático a la búsqueda de soluciones sostenibles.

En el caso de Haití, el consenso entre actores del sistema político es necesario para alcanzar una solución óptima y concertada. Los diferentes puntos de vista son inherentes al ser humano, al escuchar a todos, lo más probable es que el proceso de toma de decisiones sea más plural y justo, beneficiando así a toda la sociedad.

La democracia no puede funcionar sin diálogo, el cual debe poseer un carácter permanente. Éste promueve la discusión y el debate, lo que conduce a nuevas ideas, a la innovación y al progreso. Este es un componente clave al que los haitianos no siempre han tenido fácil acceso. Según el informe del Banco Mundial de 2016, los ciudadanos de Haití solo disfrutan de un “nivel medio” de libertades democráticas. Sin embargo, ha habido una disminución significativa de la violencia desde el golpe de Estado de 2004 y un aumento de los que se sienten capaces de hablar libremente.

La falta de diálogo entre los haitianos ha provocado una comunicación insuficiente entre los organismos gubernamentales, los ciudadanos y las ONG (organizaciones no gubernamentales). Hay una carencia de entendimiento inherente entre los habitantes porque no están dialogando y esto conduce al conflicto social, que a su vez conduce a conflictos económicos e inestabilidad política. Es importante que un país aprenda sobre su pasado para avanzar hacia un futuro mejor. Los haitianos deben abrazar el debatir sanamente y trabajar juntos como pueblo para convertirse en una democracia estable.

Falta de infraestructura y recursos para el diálogo (factor social)

La falta de diálogo entre los haitianos se debe a varios factores:

El primero es la falta de infraestructura y recursos para el diálogo. Ello requiere de un espacio para fomentar el debate entre personas con diferentes creencias, orígenes y perspectivas. El reto consiste en crear espacio en el que la población pueda participar, el país debe encontrar la manera de involucrar a estos ciudadanos de manera significativa; por eso el diálogo y el consenso son tan importantes.

En segundo lugar, hay patrones históricos de violencia e intimidación que han llevado a la exclusión social, lo cual significa la persecución y la discriminación de algunos de los individuos pertenecientes a los estratos demográficos más desfavorecidos, por lo que es fundamental desmantelar estas tácticas de exclusión.

La tercera razón son las desigualdades económicas, que impiden a muchos tener acceso a la información necesaria. La comunicación sigue siendo uno de los principales desafíos para la consolidación y el fortalecimiento de la democracia en Haití. Las razones de esta situación, así como los impactos de la situación actual, merecen un análisis exhaustivo. Sin embargo, si bien la libertad de expresión está garantizada en un Estado democrático, existen numerosas barreras que impiden que este derecho sea efectivamente ejercido por un número importante de ciudadanos haitianos.

Por último, el bajo nivel de educación de los haitianos sobre el sistema político de su país crea un ambiente en el que la gente tiene miedo de compartir sus opiniones o participar en debates sobre política.

Para que Haití alcance todo su potencial, es importante que rompan estas barreras y empiecen a practicar la negociación entre ellos para que puedan unirse como un solo frente en vez de distanciarse. Por supuesto, el conflicto existe en todos los países, pero al final el consenso entre todas las esferas de una nación sigue siendo imprescindible para establecer un proyecto de país que convenga a todos. La negociación debe utilizar protocolos diplomáticos para la resolución de los conflictos, lo que significa que todas las partes se pongan de acuerdo en lo que quieren y que busquen soluciones que sean aceptables para todos sin violar las condiciones de los demás. Por ello, es necesario hacer un esfuerzo de claridad respecto a lo que es realmente “el problema”. ¿Por qué luchamos? ¿Qué podríamos perder si dejásemos de luchar? ¿Qué queremos? ¿Cómo lo conseguiremos? Estas son las preguntas que deben responderse.

La consolidación de la democracia en Haití dependerá de la capacidad de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial para establecer canales más abiertos de diálogo y consenso

Louis Montfort Saintil, Embajador

Fortalecer la democracia en Haití

No es ningún secreto que para que una nación sea democráticamente fuerte, debe de haber consenso en forma de diálogo y negociación entre los actores políticos. Sólo así se garantiza que no haya conflictos de intereses, ni disputas por los recursos, ni desacuerdos sobre las políticas que debe aplicar el gobierno.

Los líderes políticos han fracasado repetidamente a la hora de alcanzar un acuerdo sobre cuestiones importantes y no han logrado encontrar un lenguaje común que les permita evitar que se produzcan conflictos.

Para evitar este tipo de situaciones, los actores políticos deben ofrecer a la población respuestas a sus preguntas. Para ello, deben ser abiertos y transparentes en sus actuaciones. Deben dejar a un lado las diferencias, para que los debates que afecten a la nación puedan finalizar con una resolución consensuada. En cuanto se empieza a atacar al otro o a hacer acusaciones, es difícil conseguir un resultado que beneficie a ambas partes.

La democracia significa poder elegir a sus propios representantes, pero también significa ser gobernado por esos mismos comisionados. Por esta razón, es importante que los haitianos practiquen la negociación para que puedan reunirse y aportar soluciones en lugar de luchar los unos con los otros. Esto requerirá responsabilidad y apertura por ambas partes, con la comprensión de que ninguna parte prevalecerá constantemente ya que todos tienen derechos que merecen ser respetados.

El diálogo es el primer elemento que debe abordarse para que la democracia funcione

El diálogo es el primer elemento que debe abordarse para que la democracia funcione en Haití. Los bicentenarios de la historia del país han estado marcados tanto por dictadura como golpes de Estado, con la difícil tarea de mantener un gobierno estable, lo que ha generado desconfianza entre la población. Esta falta de confianza ha creado una profunda división no sólo entre los diferentes grupos sociales, sino también dentro de los hogares: los haitianos tienen constantemente miedo de expresar sus opiniones porque temen que éstas puedan acarrear represalias. Para que la democracia arraigue en Haití, el diálogo debe sustituir a la violencia como principal forma de discurso dentro de la sociedad haitiana.

Dicho esto, la consolidación de la democracia en Haití dependerá de la capacidad de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial para establecer canales más abiertos de diálogo y consenso. No se trata de una vaga esperanza o de simple retórica: es un paso crucial para gobernar el país de forma eficaz y pacífica, con la vista puesta en el largo plazo. Con esta perspectiva, debemos hacer esfuerzos concretos para alcanzar un consenso en el que todos ganen, para que dé una vez por todas podamos poner fin al conflicto y a la polarización política. No obstante, el apoyo de la comunidad internacional como mediador puede resultar de buen augurio para un clima más pacífico de las negociaciones entre los actores. La población haitiana merece formar parte del debate, ser educada en los problemas acuciantes de la nación y en cómo se pueden resolver. No cabe ninguna duda de que la solución a esta crisis recurrente es el diálogo sincero y eficaz entre todos los actores.

Louis Marie M SAINTIL, Exembajador de Haití en España y actualmente es director de Relaciones Institucionales de Raia Diplomática.

Doctor en Ciencias Políticas y de la Administración y Relaciones Internacionales, por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Executive MBA en EAE Business School y Master en Cooperación Internacional al Desarrollo por la Universidad Pontificia de Comillas.

Especialista en Cooperación Internacional y diplomacia preventiva. Trabajó como diplomático en la Embajada de Haiti ante el Reino de España en dos ocasiones anteriores (2012-2018) antes de ser nombrado Embajador en el 2020.Ocupó diversos puestos de responsabilidad técnica y política en el Ministerio de Exteriores de Haití. Y ha sido Adviser-MPH-ONU por Haití en la 63 Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

En el 2020 fue nombrado Director de Gabinete del Ministro de Asuntos Exteriores de Haití. 

Además, participó en más de 30 cumbres y reuniones de alto nivel como en el Doha Fórum, Antalya Fórum, Korea-LAC Business Fórum entre otros.

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