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Declaración de Bletchley: la seguridad de la IA

El miedo a los posibles riesgos de la inteligencia artificial (IA) alcanzo a algunos de los gobiernos más importantes del mundo. En Bletchley Park, Reino Unido, se reunieron 29 naciones a inicios de noviembre para acudir a la primera cumbre mundial sobre la seguridad de la IA con el propósito de impulsar la cooperación internacional para esquivar los riesgos que podrán ser producidos por la persistente aplicación de la esta tecnología. En este mismo escenario, también fueron invitados investigadores y lideres de la industria tecnológica para incorporar un marco con una perspectiva más amplia sobre el tema que tenga la participación del sector público y privado. La reunión tuvo como resultado la nombrada “Declaración de Bletchley”, en la cual los países firmantes acordaron que es un momento único y crucial para actuar.

No es la primera vez en donde altas autoridades de distintas regiones del mundo se juntan para dialogar sobre posibles regulaciones en la IA. En esta ocasión, lo que intento hacer el primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, en esta cumbre fue crear un movimiento con consciencia para impulsar a que los participantes le den prioridad al tema. Entre los integrantes que asistieron estuvieron presentes autoridades de: Alemania, Australia, Brasil, Canadá, Chile, Emiratos Árabes Unidos, España, Filipinas, Francia, India, Indonesia, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Kenia, Nigeria, Países Bajos, Arabia Saudí, Reino Unido, Corea, Ruanda Singapur, Suiza, Turquía, Ucrania, Estados Unidos, y la Unión Europea.[1] La presencia de Estados Unidos y China no falto, aumentando la tensión ya que se trata de dos potencias rivales especialmente en los ámbitos  económicos y tecnológicos. Sorprendentemente, ambas partes accedieron a firmar las conclusiones del encuentro, “alineándose con la comunidad internacional para legislar y profundizar en el despliegue de la inteligencia artificial.”[2]

El miedo a los posibles riesgos de la inteligencia artificial (IA) alcanzo a algunos de los gobiernos más importantes del mundo. En Bletchley Park, Reino Unido, se reunieron 29 naciones a inicios de noviembre para acudir a la primera cumbre mundial sobre la seguridad de la IA con el propósito de impulsar la cooperación internacional para esquivar los riesgos que podrán ser producidos por la persistente aplicación de la esta tecnología.

Aunque el documento no tuvo la capacidad de definir puntos concretos ni claros, se utilizará de base para la celebración de distintas cumbres globales sobre la seguridad de la IA que se realizarán cada seis meses. Corea del Sur será el próximo destino, después Francia será la responsable. La finalidad es desarrollar un panel que analice periódicamente los avances y, sobre todo, los desafíos en este campo para obtener  una IA humanista y segura. La declaración solicita que todos los actores relevantes en esta área sean transparentes, confiables y que rinden cuentas para evaluar y monitorizar las capacidades potencialmente peligrosas y los efectos relacionados con la aplicación de la IA. Sunak propuso fundar un Grupo Intergubernamental de Expertos sobre la IA, queriendo posicionarse como el pionero de la seguridad de la IA. Sin embargo, un día antes de la cumbre, el Grupo de los 7 publicó su código ético para las empresas que desplieguen sistemas y programas de IA.[3] El compromiso por la transparencia solicitada por Joe Biden debe de ser reconocida y aplaudida. El presidente de los Estados Unidos invocó la famosa “Ley de Defensa de la Producción”, en la cual demanda “que todos los desarrolladores de última generación compartan los resultados de sus pruebas y auditorías regulares y cualquier información crítica con el Gobierno. Se trata de una ley que promulgó Harry Truman en 1950 y que otorga al presidente autoridad para garantizar la disponibilidad de recursos críticos y tecnologías necesarios para la seguridad nacional.”[4] Esta es una de las primeras acciones en donde se refleja el interés de un gobierno para vigilar el avance de la IA. Tristemente pero no extraño, la Declaración de Bletchley no es vinculante. Es decir, no obliga a nada. Sin embargo, en un espíritu más optimista, esta cumbre marco el inicio de una participación internacional donde los participantes involucrados tomaron con más seriedad el tema de la IA y las consecuencias nocivas que derivan de su avance. Así fue como Elon Musk, genio estadounidense y responsable de empresas como Tesla y OpenAI; Gina Raimondo, secretaria de Comercio de Estados Unidos; Wu Zhaohui, viceministro de Ciencia y Tecnología de China; y Carmen Artigas, la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial de España; entre otros, estuvieron reunidos velando por el bien común de la humanidad

Alide Flores


[1] https://www.gov.uk/government/publications/ai-safety-summit-2023-the-bletchley-declaration/dbc58681-1b68-47e0-8e3f-f91435fdf8ce

[2] https://www.elespanol.com/invertia/disruptores-innovadores/politica-digital/20231102/declaracion-bletchley-primer-paso-consenso-global-regular-riesgos-inteligencia-artificial/806669337_0.html

[3] https://elpais.com/opinion/2023-11-03/regular-la-inteligencia-artificial.html

[4] Ibid.

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